En una tarde fresca, de un día del mes de febrero, en tiempos de pandemia, la canoa impulsada por un motor fuera de borda sale de Borbón en el Cantón Eloy Alfaro, provincia de Esmeraldas en el norte de la costa ecuatoriana, hacia la Comuna Chachi Capulí. Para llegar a este punto, recorre el río Cayapas, luego el río Onzole, finalmente el río Pambil. Luego de cuatro horas de viaje, aproximadamente, vamos llegando. El río está bajo, la canoa no puede avanzar, se detiene; cuatro mujeres que están bañándose en el río caminan hacia la canoa y la empujan. Así llegamos a nuestro destino junto con la noche que se hace presente.
La Comuna Chachi Capulí es parte de la Nacionalidad Chachi; la nacionalidad está constituida, según el Censo del INEC del 2010, por 10.222 personas, de las cuales el 48% son mujeres y 52% hombres. Las comunidades chachi se encuentran localizadas en los cantones Eloy Alfaro, Rioverde, San Lorenzo, Quinindé, Muisne, Esmeraldas y seis asentamientos urbanos en las provincias de Pichincha, Guayas y Santo Domingo. La nacionalidad está representada por la Federación de Centros Chachi de Esmeraldas (FECCHE).
En el Cantón Eloy Alfaro las comunas y centros chachi están localizadas, principalmente, en las riberas de los ríos Cayapas, Santiago, Onzole, Canandé, Camarones y Pambil. La comuna chachi Capulí está conformada por 70 familias aproximadamente, viven en un centro comunitario y cada familia tiene su finca donde cultivan productos como el plátano, la yuca, maíz y frutales para el consumo familiar, y el cacao para la comercialización. En la región también está presente la deforestación, en el trayecto se observan grandes trozas de madera que son transportadas por las empresas madereras que están presentes en la zona, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cotacachi Cayapas.
Cuentan con su organización y su autoridad es el Uñi Chaitar uku o Gobernador, quien es elegido por la comunidad y ejerce el poder local. La comunidad, mediante asambleas toma las decisiones para su desarrolla y trabajan de manera colectiva, a través de mingas, para solucionar sus problemas. Así, actualmente, vienen trabajando con la Fundación Protos en la construcción de su sistema integral de agua potable, saneamiento y solución para el manejo y disposición de aguas residuales, un trabajo hecho “hombro a hombro, mujeres y hombres chachi, enfrentado la exclusión histórica, administrando y gestionando sus recursos naturales…”. Las calles abiertas para instalar la tubería y la lluvia son el escenario ideal para que algunas niñas, algunos niños salgan a jugar y disfrutar.
La fecha aún no concluye su construcción. Setenta niñas y niños de la comunidad asisten a la escuela. Según los datos del INECe, 12 % de la población chachi no asistió a ningún nivel de instrucción y el 33 % tiene nivel primario.
Los docentes de la escuela, durante la pandemia se acogieron a las directrices del Ministerio de Educación, suspendieron las clases presenciales. En la comunidad no hay servicio de telefonía, no hay servicio de internet, no hay recursos económicos para que las familias puedan adquirir computadoras o celulares para sus hijas e hijos; el servicio eléctrico puede suspenderse por horas o días, dependiente del daño ocasionado, generalmente por la caída de árboles o postes. En síntesis, no hay condi-
Las niñas y niños de la comunidad van a la Escuela Bilingüe Gonzalo Pizarro, la modalidad de estudios es presencial, su acceso es fluvial y ofrece educación básica. La escuela cuenta con cuatro profesores y la enseñanza es en cha´palaa y español. La escuela funciona en aulas que fueron construidas por la comunidad, a ciones para una “educación en tiempo de pandemia”.
El centro poblado está conformado por viviendas que están unas juntas a otras, lo cual facilita la comunicación entre ellas, facilita sus reuniones, el compartir actividades como el deporte. Los niños durante la pandemia jugaban, pescaban, nadaban en el río, ayudaban a sus padres o esperaban a sus profesores, que les visitaban para darles su tarea, era la única opción. Las madres y padres de familia se preguntan: ¿si todas las familias conversamos todos los días y compartimos las actividades, por qué los niños no pueden asistir a clases?
El resultado, perdieron un tiempo para avanzar en su conocimiento, la brecha se amplia y tienen mayores limitaciones para acceder a la educación secundaria, cuando tienen recursos económicos que les permita continuar con sus estudios. El 33 % de la población chachi tiene nivel primario.
Las y los jóvenes, cuyas familias cuentan con algunos recursos económicos y además tienen algún familiar que les acoge en su hogar y les ofrece hospedaje y alimentación en la ciudad tienen la suerte de estudiar la secundaria. Es la única opción. Generalmente van a estudiar en la ciudad de Esmeraldas. Un 18 % de la
población chachi tiene nivel medio o secundario. Un 3 % de hombres y mujeres chachi han obtenido un nivel superior, según los datos del INEC del 2010; del total de personas con título profesional, aproximadamente el 50 % son docentes.
En medio de las limitaciones y desigualdades, Las familias, la comunidad y los líderes de la FECCHE se plantean interrogantes para garantizar el derecho a la educación que tienen las niñas, los niños, los jóvenes, hombres y mujeres. Entre sus metas se plantean: “Fortalecer la identidad cultural de la nacionalidad chachi y la interculturalidad a través de la revitalización de la ciencia, saberes y conocimientos cosmovivenciales para vivir a plenitud como pueblo ancestral”, recogido en su plan estratégico, y para alcanzar este propósito han definido algunas líneas de trabajo:
- – Gestión para la inclusión a la educación superior y la especialización variada para jóvenes Chachi;
- – Construcción de centros ceremoniales en las comunidades de mayor población y fortalecer las existentes;
- – Estandarizar la lengua chachi;
- – Investigar y construir materiales informativos sobre la cultura chachi; Crear el circulo de conocedores de la memoria oral chachi.
- – Establecer la Escuela de música y danza chachi.
- – Nombres de lugares y establecimientos educativos en Cha´palaa.
- – Fortalecer la institución educativa en los territorios con la implementación de los recursos humanos, educativos y tecnológicos necesarios;
- – Institutos de educación superior a nivel tecnológico en territorio Chachi.
El sueño de una mujer chachi, madre de un niño que juega en el río, es que se cumpla el derecho a una educación que valore e incorpore su cosmovisión, su cultura, sus costumbres, su vida, se cumpla.
Durante el retorno, la canoa en la cual nos desplazamos se cruza con otras familias que van y vienen comprando sus alimentos, insumos para la producción agrícola, retornan a sus casas luego de largas estadías fuera buscando oportunidades laborales; comerciantes que sacan al mercado el cacao que ha sido comprado a precios bajos; el traslado de la madera que días antes eran árboles verdes y gigantes que daban vida a esta zona olvidada de este Ecuador. Se trasladan los sueños por una educación, por una salud, por mejores condiciones de vida para la nacionalidad chachi que vive entre bosques, ríos y limitaciones. (I)
Por: Jaime Robles-Pillco