La otra política

Si, desde la visión de la ciencia política, la política es una actividad que se relaciona específicamente con la búsqueda del poder del Estado, y que es llevada a cabo a través de los partidos políticos; y, si desde la visión de la sociología la política es una actividad que se relaciona con el ejercicio del poder que se da en toda relación social; para una visión alternativa a las dos anteriores la política es una actividad que se relaciona con la construcción de espacios públicos. O, para decirlo en términos del penador social chileno Fernando Mires, se relaciona “con la construcción de espacios o movimientos que hacen público, o convierten en un interés general, ciertos ámbitos o aspectos que antes eran considerados privados o particulares”, como, por ejemplo, la actividad por la defensa la naturaleza o la lucha contra la violencia a la mujer.

En esta tercera concepción de la política, entonces, se sobrepasa la idea de la política como actividad ciudadana referida sólo a lo público estatal y se funda la idea de la política como referida a lo que se puede calificar como lo público no estatal. Una concepción no convencional de la política que se expresaría en la práctica de los denominados nuevos movimientos sociales (movimientos ecologistas, pacifistas, animalistas, de defensa de los consumidores, etc.) o en aquellas formas de participación social estructuradas en la vida diaria de las personas; casos ambos que nos remite al concepto de sociedad civil, en la cual la política es protagonizada por los mismos ciudadanos.

A este respecto el mismo Fernando Mires señala que entre las muchas expresiones de la ampliación del campo de la política, que se observa en diferentes países occidentales, se habla de la esfera de la sociedad civil; con lo cual se quiere indicar que en el campo de lo social ha surgido un espacio político que no pertenece exclusivamente al Estado.

En otras palabras, la sociedad se constituye en civil cuando mediante la actividad política los ciudadanos deciden ejercitar partes del poder que normalmente debería ser delegado al Estado; una decisión que se da a partir del aparecimiento de iniciativas y movimientos sociales que muestran públicamente su malestar con la política tradicional, al no sentirse representados. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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