¿Por qué vivimos en el país de Alicia?

Bladimir Proaño

Si aceptáramos el análisis del ministro de economía, muchos dirían que vivimos con Alicia en el país de las maravillas, porque en recientes entrevistas con medios de comunicación internacional, el ministro Arosemena ha dicho que en Ecuador tenemos: la menor tasa de inflación frente al resto de Latinoamérica, se generaron entre enero y agosto de 2022 ventas empresariales por USD 140 mil millones, superando con creces al mismo periodo del 2021 e incluso de 2019.

También, ha afirmado que se ha recuperado el mercado laboral, al haberse creado 131 mil nuevos empleos. Con estos indicadores, afirma que la reactivación continúa y lo que falta es fortalecerla ¿cómo? No lo ha dicho todavía.

Pero estos logros no son del Gobierno, podrán explicarse por lo que acontece en el Ecuador y el mundo: el importante flujo de capital que circula por actividades al margen del control del Estado y no tributan, el aumento de las remesas, las bendecidas condiciones climáticas.

Pero el costo de estos logros tiene una factura muy elevada: problemas de inseguridad, deficiencias institucionales, abusos ambientales y aumento de la desigualdad.

De acuerdo a las estadísticas, la reactivación es lenta. El consumo final de los hogares es el componente del PIB que se ha recuperado, superando el nivel de 2019 por USD 579 millones, a pesar de que el ingreso laboral promedio de un hombre con empleo fue de USD 476,7 mientras que para una mujer fue de USD 374,9.

El 52.2% de personas con empleo se encontraban en el sector informal de la economía. El riesgo país en los últimos días en promedio se sitúa en los 1.624 puntos.

El sistema de bancos atendió a un total de 25 sectores económicos siendo los más relevantes a 2019: Consumo por tarjeta de crédito (24,76%), Comercio al por mayor y menor (15,72%) y Consumo no productivo (14,29%).

El consumo depende del ingreso disponible, es decir del ingreso restado los impuestos, por lo tanto este ingreso -después de impuestos- no se ha visto favorecido por una reducción de impuestos, por lo que el consumo se está financiado con préstamos bancarios (¿sobreendeudamiento de los hogares?) que se admite, siempre que hayan sido evaluados adecuadamente su capacidad de pago, ¿cómo se están pagando?, ¿no será que hay un dinero que se dispone en la economía y que no necesariamente es de la producción sino de aquellas actividades? (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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