Sobre los resultados electorales de la segunda vuelta que, oficialmente, dieron un amplio triunfo al presidente-candidato Daniel Noboa, se pueden destacar los cuestionamientos realizados por la candidata Luisa González y dirigentes de la “Revolución ciudadana”, y las causas que llevarían a dicho triunfo.
En cuanto a lo primero, el hecho de que la candidata González obtuviera prácticamente el mismo porcentaje de votación de la primera vuelta (44%), sin que sumará ningún punto porcentual de los votos obtenidos por los otros 14 candidatos de la primera vuelta (que suman un 12%, incluido en este el 5,60% de su aliado Pachakutik), mientras Noboa obtendría más de un 11% adicional, ha generado acusaciones de “fraude” ; una situación que, obviamente, debería ser debidamente probada y, si fuera el caso, conllevar una revisión de la actas con irregularidades o, eventualmente, un reconteo de votos y una auditoría del sistema electrónico de conteo; todo esto en aras de que no quede ninguna duda sobre la legitimidad de las votaciones.
Lo que si resultó evidente es que el proceso electoral estuvo marcado por una desigualdad que favoreció al candidato-presidente Noboa y que fue permitida tanto por el CNE, como por el TCE; pues Noboa no sólo que no pidió licencia para hacer campaña, sino que se aprovecharía de los recursos del Estado para esta, especialmente con la entrega de dinero o “bonos” a múltiples sectores poblacionales (Incluidos 100 mil policías y militares), amén del uso diario de cadenas nacionales de radio y televisión para hacer publicidad de las supuestas bondades de sus gestión en materia de seguridad; cuestiones todas estas cuestionadas, como irregularidades, en los informes presentados por los observadores electorales de la OEA y la Unión Europea.
Por lo demás, adicionalmente el triunfo de Noboa se explicaría por una estrategia de campaña que logró exacerbar el sentimiento de miedo a un posible triunfo de la candidata correista, sobre todo en torno a los repetitivos relatos de que nos “convertiríamos en Venezuela” (relato que se usa también en otros países contra candidatos no neoliberales) y que nos iban a “desdolarizar”; con lo cual el anticorreismo, esta vez más fortalecido, saldría nuevamente victorioso. (O)