Los perdedores de las elecciones no se resignan a que un joven de 37 años haya ganado la presidencia. No soportan que casi el 56 % de ecuatorianos hayan decidido enterrar a una tendencia funesta para la democracia. Trataron de posicionar un fraude inexistente, inventándose una serie de patrañas, como eso de la tinta que se transfiere de un casillero al otro, que faltaron firmas en las actas, que hubo un crecimiento inusitado de votantes, y demás tonterías.
Los asambleístas de la tendencia, se tomaron una foto haciendo creer que están cohesionados, y ahora se autodenominan de la “resistencia” política con lo cual pretenden hacer entender que vivimos en un estado totalitario. Los ecuatorianos, más bien, somos los que hemos resistido y sobrevivido al desastre que ellos dejaron.
En ese grupo está Patiño el fomentador de la riña, el que quiso incendiar el palacio de gobierno, y cuando la fiscalía le abrió una indagación previa huyó como cobarde a México; si, el mismo instigador de los boicots, y las incidencias que crean narrativas para oponerse al gobierno por nada.
En este espacio, hace una semana decía que era la hora de superar las diferencias entre los ecuatorianos, que tanto nos han dividido; pero viendo todo esto, definitivamente no es posible hacerlo ahora, o al menos no hay las condiciones. Como les parece, que, en un afán disociador, el correísmo de la asamblea actual posesionó a un vocal destituido y con prohibición de regresar al CPCCS, como es David Rosero, solamente para crear inconvenientes y colocar en las entidades de control a quienes están en la agenda de ellos, tal como ya se demostró en los audios de Verduga.
Aquí cabe la profunda reflexión, “unos ganan las elecciones, pero los que pierden recuperan el poder” abrazados, por ejemplo, de la nueva mayoría de la Corte Constitucional que busca ya enfrentarse con el presidente; o de varios disociadores de oficio como José Villavicencio o Leonidas Iza quienes ya predicen que el presidente Noboa no terminará los cuatro años, si es que no hace lo que ellos quieren.
Por el momento, no es posible entonces llegar al pacto social, a acuerdos o contratos con los diferentes grupos que conforman la sociedad para lograr objetivos comunes, especialmente para estabilizar la institucionalidad del país. Necesitamos llegar a la Asamblea Constituyente para romper ese dique que impide la fluidez de las decisiones claves, regresar a los 3 poderes del Estado, y dejar de tener una Constitución extremadamente garantista. Lo que se viene en este año al menos, es una gran cantidad de decisiones que deben ser apoyadas por todos los estamentos sociales y políticos
Además, Noboa debe hacer muchos cambios, para que traicioneros y quinta columnistas se vayan de los mandos medios de las instituciones y empresas públicas, y permitan trabajar para sacar al país de este fango al cual han llevado políticos corruptos. Sin olvidarnos de realizar las investigaciones necesarias, para detectar a los saboteadores y delincuentes que se han reído de las crisis que han agobiado al Ecuador, como la de los sectores estratégicos. (O)