No sabemos qué mismo pasó en la recaptura de alias “Fito”. Los ministros de Gobierno y de Defensa, cada uno a su lado, lo exhibieron como trofeo de caza; ellos, felices y triunfantes hasta cuando se supo que sí hubo conversaciones previas con el gobierno. Sabemos que las aclaraciones más bien ratifican las dudas; sin embargo, no queremos seguir engañados por narrativas que ocultan los verdaderos intereses que están en juego. En nombre de la violencia y la onda expansiva de crímenes que han desatado los grupos criminales que operan en el país –sembrando muerte, terror y miedo–, nos han subido impuestos para sostener una “guerra interna”; han cambiado las funciones de las FFAA y los han “sacado” a calles y carreteras; confundidos con el significado de los términos, los llaman “terroristas” y ofrecen recompensas por ellos, “vivos o muertos”; quieren enviar a niños a las cárceles sin derecho a una segunda oportunidad, aunque saben que el Estado nunca los ha cuidado y esto, el crimen organizado sabe aprovechar y los reclutan para su ejército de muerte. En nombre de la angustia ciudadana ante el crecimiento de la violencia y de desestructurar los ilegales sistemas financieros que sostienen sus actividades delincuenciales, pretenden de manera paralela, tramitar leyes que llevan a privatizar el agua, militarizar la selva, comercializar la naturaleza, criminalizar la protesta social bajo la fachada de desarrollo y seguridad. Es cada vez más evidente que la lucha contra las bandas criminales, la están usando como una “cortina de humo” para vender el territorio nacional. (O)
