Para entender esta cuestión, primero hemos de recordar que las IDEOLOGÍAS son sistemas de creencias, valores y principios que guían la forma en que las personas y los grupos humanos entienden el mundo y toman decisiones. Pueden ser políticas, económicas, sociales, religiosas o culturales, y suelen influir en la forma en que se estructuran las sociedades y se toman decisiones que les afectan directamente.
Como todo en este mundo, las ideologías tienen rasgos positivos y negativos. Los positivos: proporcionar un marco de referencia, fomentan la identidad y la cohesión, inspirar acciones y cambios auténticos, promover la reflexión crítica, etc. Entre los negativos: la mayoría son sistemas cerrados y dogmáticos, provocan polarización y son utilizadas como herramientas de manipulación para justificar la opresión y limitar la libertad de pensamiento.
Es entonces, bajo esta perspectiva que, a mi manera de ver y entender, las ideologías sí pueden influir negativamente en el SENTIDO COMÚN, que es la capacidad para tomar decisiones y emitir juicios de manera razonable y práctica; también, la habilidad de evaluar situaciones de manera lógica y sensata, considerando los hechos y las circunstancias, y actuar con lo que es considerado normal y aceptable por la mayoría.
¿Cómo lo hacen? Es decir, ¿de qué manera las ideologías perturban o trastocan la realidad? 1) Polarizando y simplificando complejos problemas y atribuyendo intenciones o motivaciones a los demás, basándose únicamente en sus intereses particulares. 2) Influyendo en la toma de decisiones mediante un lenguaje ambiguo que no se alinea con el sentido común o con la evidencia disponible. 3) Creando sesgos cognitivos, es decir, buscando sólo la información que les conviene para ratificar las propias creencias.
Ejemplos de estas ideologías sobran. He aquí algunos: 1) LosDerechos de la naturaleza, como si se tratara una «persona no humana» que tiene consciencia, piensa, decide. 2) La ideología de género que, aunque como cristianos estamos llamados a respetar la autopercepción sexual de cada quien, no justifica para nada la aceptación y reconocimiento legal de parejas. A los que, para dorar la píldora, afirman que con ello lo que se busca es respaldar el patrimonio económico de estas uniones, se les recuerda que existen desde siempre otras figuras jurídicas. 3) El Lenguaje inclusivo, promovido en algunos contextos educativos y legales, que va contra la pureza y perfección de los idiomas. 4) La discriminación positiva, dizque, para promover la igualdad de oportunidades 5) La libertad de expresión vs. discurso de odio, etc. (O)