Esta semana en Cuenca paso algo maravilloso, el Congreso Internacional de Filosofía Mundana: las fronteras de lo humano, con la participación de ponentes lúcidos que hicieron sus mejores esfuerzos por hacer que los diálogos más necesarios hoy en día, se conviertan en reflexiones amigables y digeribles para quienes no filosofamos con palabras rebuscadas.
Lo mejor del encuentro fue la presencia de jóvenes y adultos por igual, un espacio en donde los puentes intergeneracionales se tendieron para intentar responder dudas que nos atraviesan por igual, el futuro es igual de incierto, oscuro y complicado para todos, y enfrentarlo nos obliga ver lo que está pasando aquí y ahora de manera conjunta.
Analizar desde la filosofía los problemas ambientales, de género, de salud, de tecnología, abren puertas a un ejercicio de reflexión urgente, más aún cuando crece de forma inquietante una avanzada conservadora y represora. Nos han hecho creer que el enemigo es nuestro igual, es el zurdo empobrecedor que quiere quitarnos lo que hemos logrado con esfuerzo, cuando sabemos que son los mismos de siempre que guardan el poder económico y político para sus propios intereses. Ojalá surjan más encuentros Mundanos. (O)