Se dice que las primeras muestras de gestión de las artes y la cultura aparecieron en la Edad Media y el Renacimiento, aunque no fuera bajo un modelo “empresarial” o administrativo. Los aparentes pequeños conciertos que amenizaban las reuniones de la burguesía y la aristocracia, ocurrían para solazarse, y no como un espectáculo al cual asistía una audiencia. De igual manera ocurría con las danzas cortesanas. Lejos estaban el marketing, la publicidad del solista a interpretar sus canciones, y tampoco había la venta de boletos con asientos numerados.
Antes de esto, había una preparación elocuente para las ceremonias litúrgicas. Hay signos y rituales que involucran una gestión de recursos para cumplimentar el fin religioso. También hay un repertorio de alabanzas que exige ensayos previos. Por lo tanto, hay una gestión pura del arte musical en estos servicios a pesar de que la gestión en sí no estaba considerada como un aspecto profesional.
Visto así, podríamos recalcar ciertos indicios de gestión en las primeras tribus al organizarse para danzar y atraer a la lluvia, las ceremonias con sacerdotisas y sus ofrendas al sol, rituales de iniciación adulta, entre otros. Reunir las vasijas, acomodar las leñas para el fuego, traer instrumentos de percusión aún si se trataba de piezas rústicas, dan las primeras formas de un trabajo pensado que llegaría a la gestión del día de hoy.
Entonces, cada pasito dado en el tiempo y espacio añade el toque especial y preciso para marcar un avance en la formalización de las actividades y acciones entorno a muestras de música, danza, exhibiciones de artes plásticas y visuales, el teatro, y cualquier rama artística. Las nuevas generaciones asumen ya el estudio de estas expresiones. Se necesita de maestros formados, un coreógrafo, el administrador de un teatro, personal auxiliar, publicitario, de ventas, lutieres, financistas, los artistas en sí, y todo un equipo difícil de nombrar a totalidad en este artículo.
La gestión está en toda labor. No se limita al ámbito empresarial, es también la persona a cargo de la casa de acogida que busca mejorar la calidad de vida de sus refugiados, es la madre que organiza el hogar y la educación de sus hijos, es la comunidad que eleva su voz para proteger los recursos naturales. Gestores valorados. (O)