
Además de dar amor, las madres crían, enseñan, ayudan. Esto lo tiene clarísimo Clarita Matute, mamá y comerciante del mercado 4 de Noviembre, de Ricaurte. La mujer, que se hizo conocida porque se quedó con el primer lugar del concurso de la mejor fanesca de los mercados de Cuenca en abril de 2025, tiene dos hijos: Doménica y Javier Parra.
A ellos, además de compartirles todo el cariño y respeto, les enseñó a trabajar, a despertarse. Porque el mundo del comercio es así. Si uno no está despierto, atento; si no es amable, no vende, no trabaja. Bajo esa premisa, doña Clarita les explicó cómo deben salir y responder.
Hace más de dos décadas, Clarita está dedicada a vender en los centros de abastos. Empezó en un parque de Ricaurte con especias. Luego continuó en una plataforma. Y, por último, desde hace diez meses en el local 211 del mercado 4 de Noviembre tiene una abacería.
“Yo les enseñé a trabajar desde pequeño. En el mercado es así, hay que trabajar. Entonces yo les decía vos vas a ganar esto por vender el papel. Cosas así. Y ya se ayudaban con cualquier cosita”, contó Clarita a El Mercurio.
Esas mismas enseñanzas sobre el trabajo se aplicó al estudio. Doménica, de 24 años, está en la rural, previo a obtener el permiso para ejercer como doctora en Ecuador. Mientras que, Javier, de 21, estudia gastronomía. Ambos están en la Universidad de Cuenca.
“Todo el trabajo ha ayudado. Me siento tranquila de que ellos salen adelante. Que están trabajando. Que pueden defenderse”, dijo Clarita.
Compartiendo sabores
Una buena madre hace una buena hija: así también lo ve Clarita cuando recuerda a su mamá, Lidia Carrillo. Y, aunque hay varios recuerdos de ella, hay uno que volvió recientemente.
En abril de 2025, como parte de una ruta gastronómica por Semana Santa que fue promovida por el Municipio de Cuenca, se realizó un certamen de la mejor fanesca de los mercados de la ciudad.
Clarita fue escogida para representar el mercado 4 de noviembre de Ricaurte, y, sin imaginarlo, ella ganó el concurso por su sazón y por una receta que le enseñó a hacer doña Lidia, quien falleció hace 12 años.
Tras el resultado, no solo el primer premio está. Asimismo está presente su madre que le compartió su forma de hacer la fanesca. Y Clarita ha hecho lo mismo: compartir la receta con sus hijos, porque eso también es amor. (I)