
Todo inicia hace 12 años, reciben el financiamiento del Estado, construyen en mingas su fábrica, acceden al equipamiento. Eran 16 comuneros quedando solo cinco en la actualidad persiguiendo un sueño para posesionar la horchata “Charito”, un producto hecho en Guarainag.
La parroquia es la más lejana de la cabecera cantonal de Paute, se ubica en la zona alta del embalse Mazar limitando con Azogues, capital provincial del Cañar. La mayoría de sus habitantes, sino han migrado, son agricultores dedicados al cultivo de papa, fréjol, entre otros frutos más la producción de leche.
La fábrica de horchata
La fábrica está junto a una vía de lastre, rodeada por un vivero y casas de adobe y ladrillo. La infraestructura tiene las paredes de color blanco, una cubierta metálica y protecciones para evitar que cualquier persona ingrese al lugar sin la autorización debida.
Juan Antonio Coyago, Hidalgo Vintimilla, las hermanas Ana y Blanca Ortiz, y Rosario Lituma, de entre 53 a 75 años de edad, trabajan en este lugar trayendo los montes que cultivan en sus predios para procesarlos y empaquetarlos con fines comerciales. Llegan los martes alrededor de las 09:00 para reunirse, establecer funciones e iniciar una larga jornada de labores que no es nada fácil.
Bastante precavidos son para manipular los doce montes que utilizan para su producto que lleva el sobrenombre de su compañera Rosario, quien es la de mayor edad con un carácter fuerte que no se achicopala ante nadie. De los montes que usan, la esencia de rosas con la hierba luisa se cosechan más pronto que el ataco que necesita de alrededor de seis meses.
También utilizan la manzanilla, el toronjil, la flor de gañal, además del clavel, linaza, cedrón, entre otros montes. El olor de cada uno de estos se siente profundamente cautivando a las personas.
Esfuerzo por posicionar la marca «Charito»

Juan Antonio Coyago, de 72 años, siempre es el primero en llegar porque tiene las llaves de la fábrica, organiza todo para el arribo de sus compañeros.
Asegura que este emprendimiento se mantiene por el esfuerzo que le han puesto a pesar que las ventas no son muy buenas como ellos quisieran.
“Nos dividimos la ganancia, quien se lleva más es la persona que trajo la mayor cantidad de montes para procesarlos en las máquinas que poseemos”, señala Juan Antonio para explicar que producen mensualmente unos 1.500 empaques, siendo su principal mercado el cantón Cañar, un poco lo que es Quito y también los Estados Unidos (EE.UU.) por los residentes que, tras visitar el país, retornan al extranjero llevando el producto.
Las hermanas Ana y Blanca Ortiz, de 54 y 53 años, respectivamente, hacen todos los proyectos juntas, se apoyan, superan las adversidades para conseguir sus metas. En la fábrica lo demuestran dejando todo de sí, aunque, la ganancia sea poca.
Para Ana, lo más satisfactorio es ver como la horchata que producen se vende en sectores distantes de su parroquia. Por eso, quiere seguir creciendo con sus compañeros llevando el nombre de Guarainag por todas partes.
Necesidad de trabajar por la horchata «Charito»

Expandirse es lo más complicado de su trabajo, necesitan del apoyo de las autoridades locales y cantonales para conseguirlo. Así podrán producir más, vender más, generando mayores ingresos para sus familias motivando a las nuevas generaciones a seguir con este proyecto.
Ronald Coyago, presidente de la Junta Parroquial de Guarainag, trata de apoyarlos porque -según dice- es el único emprendimiento que existe en la jurisdicción, ya que otros en distintas áreas cerraron porque los socios migraron, especialmente en la pandemia de la COVID 19.
Los suelos en Guarainag son muy fértiles como el ímpetu de sus pobladores que no miran los peros para buscar sus metas. Algunos los consiguen pronto, otros se demoran, pero jamás se rinden. -(I)
DETALLES
2012 inició la producción de horchata por estas personas, quienes integran la asociación San Pablo de Guarainag.
El proyecto surgió con el financiamiento de la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC EP) por la zona de influencia de las centrales hidroeléctricas.
La fábrica está en la periferie del centro parroquial de Guarainag. Los interesados en contactarse con ellos pueden hacerlo al número 0989334728.
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