Voluntariado, pilar del Instituto de Parálisis Cerebral del Azuay

El IPCA atiende a 150 personas con discapacidades múltiples, con el apoyo de entidades públicas.

“Muchos llegan sin habilidades básicas. Aquí aprenden a vestirse, a usar el baño y algunos se gradúan como bachilleres en ceremonias simbólicas”. Así lo cuenta Cumandá Orellana, voluntaria del Instituto de Parálisis Cerebral del Azuay (IPCA), que actualmente atiende a 150 personas con parálisis cerebral y discapacidades múltiples.

Desde hace 12 años, Cumandá forma parte de la Asociación Pro Superación de la Persona con Parálisis Cerebral del Azuay (APPCA), que lucha por garantizar la continuidad del IPCA, una institución sin fines de lucro que funciona en Cuenca desde hace 43 años.

La parálisis cerebral es un grupo de trastornos neurológicos que afectan el movimiento, la postura y el equilibrio. Puede variar de leve a grave y las discapacidades que provoca son permanentes. Sin embargo, los tratamientos pueden mejorar la vida de las personas que padecen esta afección.

En Ecuador hay 242.340 personas con parálisis cerebral, según la Organización Mundial de la Salud.

Labor

Fundado en 1982 por padres de familia y profesionales de la salud, el IPCA funciona hoy como una institución fiscomisional, con el respaldo del Ministerio de Educación, Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), el Municipio y un voluntariado permanente.

“Queremos que la ciudadanía conozca esta labor. Son niños especiales, muchos con padres que deben salir a trabajar y no pueden brindarles la atención que necesitan. El Instituto cubre esa necesidad”, dice María Elena Polo, otra voluntaria.

La labor del IPCA se divide en dos espacios:

Área educativa

Allí, niños y adolescentes entre los tres y los 18 años acceden a clases escolares adaptadas, desde nivel inicial hasta tercero de bachillerato.

Cada aula acoge entre 15 y 18 estudiantes, con al menos dos docentes por grupo, debido a las necesidades específicas de los alumnos. Además, los estudiantes reciben terapias físicas, de lenguaje y actividades de educación física.

“Muchos logan aprender a leer, sumar, restar. Recién conseguimos una máquina especial para facilitar el cambio de pañales”, explica María del Carmen Peña, presidenta del IPCA.

Centro diurno

Aquí se atiende a jóvenes y adultos de entre 18 y 64 años. Se imparten talleres de cocina, jardinería y otras habilidades que promueven su autonomía. Algunos participan en una tienda inclusiva, donde aprenden a interactuar con clientes y contar dinero.

Desde 2017, el IPCA opera en un edificio propio ubicado en la avenida Isabel La Católica y Gaspar de Villarroel, el cual es adaptado a las necesidades de los usuarios.

Aunque recibe apoyo estatal, el IPCA debe costear gastos de limpieza, jardinería, cocina, atención en pañales, trabajo social, psicología, choferes, mantenimiento y servicios básicos.

APPCA está compuesta por 30 mujeres que organizan rifas, gestionan donaciones y lideran actividades para recaudar fondos. “El voluntariado es la base principal de todo lo que hacemos”, afirma Betty Ullauri de Peña, expresidenta y quien estuvo 12 años al frente de la institución.

También administran un pequeño bazar, donde se vende ropa de segunda mano dos veces por semana y es una especie de “caja chica”.

Diana Astudillo, voluntaria desde hace año y medio, señala que llegó al IPCA después de jubilarse. “Desde el primer día me sentí feliz. Cada gesto de los niños llena el alma”, expresa.

Además, el IPCA organiza actividades deportivas, paseos, clases de danza y terapias con caballos en Challuabamba. Una vez al mes visitan la piscina, y cuentan con un consejo estudiantil, al igual que cualquier otra institución educativa.

El horario de atención es desde las 07:30 hasta las 13:30, y se extiende hasta las 15:00 para los usuarios del centro diurno.

Cómo ayudar

El IPCA recibe donaciones económicas y en especie: alimentos como arroz, azúcar, papas y carne. Además, ropa en buen estado.

Las personas interesadas en colaborar pueden comunicarse a los teléfonos 410 6862 o al 0999 267 779.

Asimismo, el instituto mantiene convenios con las universidades de Cuenca, cuyos estudiantes de fisioterapia, psicología, odontología y nutrición realizan allí sus prácticas preprofesionales.

Un médico voluntario visita el IPCA dos veces por semana. Sin embargo, el IPCA solicita al Ministerio de Salud la asignación de un médico permanente, debido a crisis de salud de algunos usuarios. (I)

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Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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