El aire y el entorno luego de las elecciones se volvieron dulces de pronto. Respiramos olorosos amaneceres que no podemos desperdiciar en bien de nuestro futuro como nación y pueblo. Increíblemente una gran parte del pueblo, reconocían ciegos y obtusos, la corriente maligna de la política mafiosa y corrupta de la asquerosa revolución ciudadana. Claro está y muy claro, que la consigna era fundar un gobierno autoritario, socialista y perverso como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde entronizados sempiternamente con su discurso fétido, convierten al pueblo en víctima menesterosa y hambrienta, que es y lo saben bien, la forma de mantenerlos en ese submundo pernicioso mientras ellos son enormemente ricos y constantes oradores en foros internacionales, que, respetuosos, los soportan en nombre de la libertad de los pueblos a escoger su derrotero.
Se ganó las elecciones y tenemos que aprovechar esta circunstancia. No es solo el haber ganado limpiamente y reconocido por autoridades y entes internacionales. Cosa que no podía faltar, obviamente, es que griten fraude a todo pecho. ¿Que podíamos esperar de ellos? Solo esto claro, pero como son traidores, los alcaldes, prefectos que están en poderes regionales, reconocen que perdió su organización y que las elecciones fueron limpias y los “camisetazos” empiezan a todo nivel, pero más en la Asamblea, ente corrupto por naturaleza.
Tenemos que terminar el trabajo. Aniquilar para siempre al moribundo socialismo del siglo 21 que boquea. La herencia de la constitución amañada y corrupta de Montecristi y los entes de control social como Consejo de participación ciudadana y otros de la misma ralea, deben desaparecer o ser refundados con criterios de pluralidad.
El pueblo y su ganancia electoral, demanda soberanamente un cambio brusco y total. Pedir ayuda internacional para arrasar el principal cáncer, el narcotráfico, semillero de todo mal como sicariatos, vacunaciones y muerte. La base de Manta, cárceles seguras y expeditas para mafiosos y delincuentes, incluyendo los políticos, etc se vuelven indispensables. Nosotros como pueblo, deberíamos esforzarnos en la indiferencia para Correa y su banda, llevarlos a la cárcel, pues la mayoría de la cúpula está escondida en México y otros países conocidos y que solo sean un mal recuerdo y fatal aventura el haber confiado en ellos.
No desperdiciemos Sr presidente Noboa, La circunstancia de tener a Trump de nuestro lado y que siendo un ejecutivo temerario como lo va demostrando con los aranceles mundiales, nos ayudará seguramente a fumigar la plaga que hoy está agonizante. (O)