Accidentalidad

Choques, colisiones, vuelcos, atropellamientos, son el pan de cada día en y avenidas de Cuenca; igual en las vías interprovinciales.

Dichos accidentes, al margen de la incidencia económica por daños materiales, dejan como saldo, muertos, heridos. Muchos quedan postrados en sillas de ruedas, con un alto grado de incapacidad física.

La Empresa de Movilidad (Emov) ha identificado diez puntos críticos de alta accidentalidad en Cuenca. Gran parte ocurre en la avenida de Las Américas y sus intersecciones, especialmente en las más transitadas.

La ruta tranviaria es una de las causas, no tanto por su trazado, sino por la impericia, el irrespeto a las señales de tránsito; además de la concurrencia de multitudes y vehículos a determinadas zonas, por ejemplo la Feria Libre, cuya desconcentración de actividades y de giros de negocios quedó en nada.

Aquella Empresa cree necesario hacer más operativos de control. Sin embargo, estos esfuerzos nos serán suficientes si los conductores irrespetan las señales de tránsito, se embriagan y manejan; si los peatones cruzan las calles por donde se les antoje.

La Emov también da cuenta de los 87 choques de los tranvías con vehículos, además de 431 frenados de urgencia para evitar impactos, más una víctima moral en 2020.

Todos, absolutamente todos, lo saben: los tranvías tienen su propia ruta, y las señales de transito marcan cuándo los otros vehículos deben detenerse para evitar choques.

Pero no. A varios conductores les importa poco esas señales. Los resultados están allí. Reflejan un hecho preocupante: la movilidad cada vez se torna más riesgosa, con mayor razón por el zigzagueo de las miles de motocicletas.

Para cerrar el cuadro, la alta accidentalidad en las vías interprovinciales. Este fin de semana no fue la excepción. Cinco muertos. ¿Hasta cuándo señores choferes, locos al volante, ebrios, chateando, rebasando en curvas, con luces lead de todo color?

REM

REDACCION EL MERCURIO

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