Monitoreo de aves en Llaviucu: Ciencia, conservación y tecnología en los Andes del Ecuador

Los resultados de investigación que comenzó en el año 2006 muestran que en los últimos 11 años hubo una disminución de 2,8 % anual.

Monitoreo de aves en Llaviucu: una investigación científica de largo plazo

Con manos firmes pero delicadas, la bióloga Ariana Vélez retira con precisión quirúrgica un colibrí atrapado en las finas redes de niebla del bosque de Llaviucu, en el sur del Ecuador. Esta escena se repite decenas de veces al día como parte de un estudio de monitoreo de aves altoandinas que lleva casi dos décadas en ejecución.

Llaviucu, ubicado a la entrada del Parque Nacional Cajas y protegido por ETAPA EP del Municipio de Cuenca, es un valle rico en biodiversidad. Su vegetación húmeda, líquenes, helechos, y una laguna en recuperación lo convierten en un laboratorio natural ideal para la conservación.

Un protocolo riguroso para datos fiables

Desde 2006, el equipo liderado por Boris Tinoco, biólogo Ph.D. y catedrático de la Universidad del Azuay (UDA), ha registrado entre 80 y 100 especies de aves en Llaviucu. Se realizan dos campañas anuales (junio y noviembre), usando 20 redes de niebla revisadas cada media hora. El diseño metodológico permanece constante para asegurar datos comparables a lo largo del tiempo.

Equipos humanos y herramientas científicas

Cada integrante cumple una función esencial: desde anillar aves hasta recolectar muestras de polen. Se utilizan anillos codificados, reglas para medir alas y colas, balanzas y visores de aumento. A partir de 2025, se incorporó el análisis de polen adherido a las plumas para estudiar la dieta y las relaciones ecológicas.

Las aves cumplen funciones ecológicas clave como la polinización, dispersión de semillas y control de plagas.

Resultados preocupantes: la biodiversidad en retroceso

William Arteaga, estudiante de doctorado, desenreda a uno de los individuos propios de Llaviucu; lo hace con experticia y sutileza para evitarle daños.

Uno de los hallazgos más preocupantes es que la población de aves en Llaviucu ha disminuido un 2,8 % anual entre 2006 y 2016. Las especies raras son cada vez menos frecuentes, mientras que las comunes se vuelven dominantes. Incluso en áreas protegidas, las amenazas externas impactan los ecosistemas internos.

“Los parques no pueden ser manejados como islas. Lo que ocurre alrededor importa tanto como lo que protegemos dentro”, dice Boris Tinoco, biólogo Ph.D.

El colibrí Metraura gorgibioleta: joya en peligro de extinción

En este ecosistema habita el Metraura gorgibioleta, un colibrí endémico del Macizo del Cajas, catalogado como especie en peligro de extinción. Su monitoreo es clave para la conservación de especies únicas de los Andes ecuatorianos.

Inteligencia artificial para identificar cantos de aves

Desde hace dos años, el equipo científico ha incorporado grabadoras automáticas que registran sonidos de aves durante semanas. Luego, esos audios se procesan mediante inteligencia artificial (IA) para identificar especies por su canto, sin necesidad de capturarlas.

“Cada especie tiene un canto único, como una huella digital sonora”, explica Tinoco.

Esta tecnología, combinada con los métodos tradicionales, amplía el alcance del monitoreo y mejora la precisión de los datos recogidos.

Datos claves del estudio de investigación

  • 2,8 % anual: Tasa de disminución de aves entre 2006 y 2016 en Llaviucu.
  • 80 a 100 especies: Número de aves registradas, muchas de ellas endémicas.
  • 2025: Año de publicación del estudio en la revista científica Ornithology.
  • Metraura gorgibioleta: Colibrí exclusivo del Macizo del Cajas, en peligro de extinción.
  • Tecnología aplicada: Grabadoras automáticas + IA para análisis de cantos.

Llaviucu: un termómetro ambiental y un S.O.S. a la conciencia

Boris Tinoco, biólogo Ph.D, sujeta un ave que ha sido capturada, será registrada y luego liberada.

Llaviucu se ha convertido en un termómetro del cambio climático y la pérdida de biodiversidad en los Andes. Gracias al esfuerzo de investigadores comprometidos, el proyecto ofrece una visión integral de los cambios ambientales y la importancia de conservar no solo áreas núcleo, sino todo el paisaje. (I)

“Lo que se conoce, se cuida”, reflexiona Boris Tinoco. Un mensaje que resume la esencia del proyecto y su impacto más allá de la ciencia.

Algunas aves registradas en Llaviucu


Colaespina de Azar


Ave andina pequeña, de plumaje pardo. Se reconoce por su cola rígida y puntiaguda. Habita matorrales altos y es difícil de ver, pero vocaliza con frecuencia.


Zamarrito Colilargo


Colibrí pequeño con cola muy larga y bifurcada. Frente iridiscente de color azulado. Vive en bosques húmedos altoandinos, alimentándose de néctar y pequeños insectos.


Pinchaflor Negro


Colibrí de plumaje negro con reflejos azulados. Se alimenta de néctar y es territorial. Habita zonas montañosas y bordes de bosque en los Andes.


Metalura Tiria


Colibrí de alta montaña con plumaje verde brillante y cola ligeramente bifurcada. Vive en páramos y bordes de bosques, activo entre flores de altura.

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