
El embarazo y la lactancia son etapas únicas donde el cuerpo experimenta constantes transformaciones físicas y hormonales, cuidar la salud visual se vuelve especialmente importante. Aunque a menudo se subestima, la visión puede verse afectada de manera significativa durante el embarazo y la lactancia, impactando el bienestar general de la madre en su día a día. El Dr. Alejandro Lalama, Jefe de Optometría de Óptica Los Andes (OLA), explica que “los cambios hormonales no solo influyen en el estado de ánimo o el metabolismo, también pueden alterar temporalmente la calidad visual, generar molestias oculares y afectar la capacidad de enfoque”.
A continuación, presentamos los principales efectos visuales que pueden presentarse en esta etapa y consejos clave para mantener una visión saludable durante el embarazo y la lactancia.
1. Visión borrosa o fluctuante:
Debido a las alteraciones hormonales —principalmente del estrógeno y la progesterona— puede cambiar la forma de la córnea y disminuir temporalmente la agudeza visual. Esto puede generar sensación de visión desenfocada o dificultad para enfocar objetos a distintas distancias.
2. Ojos secos e irritados:
Durante el embarazo es común que disminuya la producción de lágrimas. Esto genera sequedad ocular, picazón, sensación de cuerpo extraño o molestia al usar lentes de contacto.
3. Sensibilidad a la luz y fatiga visual:
Las gestantes pueden desarrollar mayor sensibilidad a la luz intensa, dolores de cabeza asociados a la vista y una necesidad frecuente de entrecerrar los ojos para ver con claridad.
4. Cambios en la graduación:
Algunas mujeres pueden experimentar un cambio temporal en su prescripción de lentes durante el embarazo. En general, no se recomienda cambiar los lentes de manera inmediata, ya que lo más probable es que la graduación vuelva a su estado habitual tras el parto y la lactancia.
5. Presión intraocular alterada:
Es común una disminución en la presión ocular durante el embarazo, lo cual puede ser beneficioso para mujeres con antecedentes de glaucoma, pero que también debe ser monitoreado por un profesional.
¿Cuándo es necesario acudir al especialista?
Si los síntomas visuales son persistentes, muy molestos o si afectan las tareas cotidianas como leer, trabajar en pantalla o conducir, es recomendable agendar un examen visual. Esto es aún más importante si existen antecedentes de hipertensión gestacional, diabetes del embarazo o problemas visuales preexistentes.
El especialñista, recomienda no automedicarse ni usar gotas sin prescripción. “El embarazo no es una enfermedad, pero sí una etapa de sensibilidad física en la que hay que prestar especial atención a cambios inusuales, incluso en la visión”, explica.
Consejos para cuidar la visión durante el embarazo y lactancia
- Hidratación ocular: Usa lágrimas artificiales recomendadas por un especialista si presentas sequedad ocular.
- Evita el uso prolongado de pantallas: Aplica la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira un objeto a 20 pies (6 metros) durante 20 segundos.
- Mantén una buena alimentación: Nutrientes como los ácidos grasos Omega-3, la luteína y las vitaminas A y E son clave para la salud visual y también para la del bebé.
- Evita cambios de lentes sin evaluación profesional: Espera al menos 2 o 3 meses después del parto y el fin de la lactancia para realizar una nueva prescripción óptica.
- Realiza chequeos visuales preventivos