Expectativa por el juicio político

Según la Constitución, exactamente en un mes el Presidente de la República deberá dar su Informe a la Nación en la Asamblea Nacional.

Tal como están los acontecimientos políticos, la interrogante es si lo hará Guillermo Lasso en tanto en cuanto Presidente.

El juicio político en su contra tiene en vilo al país. Hay cierta polarización peligrosa, por cierto, entre quienes lo impulsan y quienes, de una u otra forma, no están de acuerdo, no tanto por la acusación en sí misma, cuanto porque intuyen otros intereses de ciertos grupos cuya agenda única es retomar el poder en el menor tiempo posible, así valga impedir al Presidente cumplir su periodo de cuatro años.

Al final del día prevalecerán los votos.  Nada más. Y en ese suma y resta, la Asamblea Nacional, en especial la Comisión de Fiscalización, es un hervidero. Mientras no llegue el momento de la votación nadie tendrá la última palabra, si bien ciertos tanteos, incluyendo la amenaza presidencial de decretar la muerte cruzada, apoyada incluso, en una especie de reto pendenciero, hasta por los mentalizadores del juicio, son, en apariencia, favorables a Lasso.

También jugarán los tiempos políticos, sobre todo el cronograma establecido en Ley Orgánica de la Función Legislativa. Nadie garantiza si hasta antes del 24 mayo próximo terminará el juicio político.

El 14 de ese mismo mes debe designarse a las nuevas autoridades de la Asamblea Nacional, otro punto de inflexión en potencia, y ante las cuales Guillermo Lasso -así se entendería- dará su Informe a la Nación. ¿O será su sucesor?

El país deberá estar atento a esa elección en el Legislativo. De pronto, cambia la correlación de fuerzas; pues todo está en juego, mucho más en la política ecuatoriana, asediada en estos tiempos por posiciones intransigentes, violentas, aventureras inclusive, y acaso por una mal entendida lucha por captar el poder como sea.