Más allá de la profunda preocupación que causa el espectro electoral que se presenta a la sociedad ecuatoriana, la extrema sensibilidad política y social en la que nos vemos sumidos, será de poca garantía para la gobernabilidad si el próximo gobierno no emprende cambios en la redistribución de la riqueza del país y no incremente la inversión pública en la restauración del tejido social, menos si se pretende manipular la Constitución para facilitar los intereses de las transnacionales mineras y petroleras como sucede a través del decreto ejecutivo 754 del malogrado gobierno del señor Lasso que quiere reformar al Código Orgánico del Ambiente para facilitar los permisos ambientales a estas empresas. Nunca la explotación de los recursos naturales ha resuelto los problemas de salud, educación, empleo, soberanía alimentaria, violencia, delincuencia, etc., menos para las poblaciones que se han “sacrificado” en beneficio del “desarrollo” del país. La pobreza acecha las ciudades. Un pueblo desnutrido, violentado, pobre, sin educación, sin esperanza que se juega su vida con tal de huir del país merece otra suerte. No más engaños: Ecuador ¡libre de minería! (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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