Gracias Daniel, porque a través de tu mente, tu sacrificio y tu perseverancia, nos permites a los ecuatorianos nuevamente regocijarnos, vibrar de emoción, y hacer nuestra esta medalla de oro olímpica, conseguida en Paris. Gracias Daniel, porque solamente un corazón y un alma como la tuya, es capaz de sacrificarse tanto, hasta dejar la última gota de sudor en la pista, por regalarnos una victoria incomparable, que mantiene latente esa luz de esperanza para que tu querida patria, y esta bella Cuenca que te vio nacer, puedan ser redimidas a nivel internacional.
Gracias Daniel, porque tus triunfos son una bofetada a la corrupción y a los políticos mefíticos, aquellos que ahora trataran de aprovecharse de tus éxitos, para hacer su bandera de lucha en estas próximas elecciones; pero concientes de tu personalidad, sabemos que eso no lo permitirás.
Gracias Daniel, porque con cada éxito tuyo olvidamos al menos momentáneamente la imagen de tantos niños desvalidos, que deambulan por la calle en busca de pan y esperanza; de tantos ancianos y jubilados que ofrendaron su vida a la patria con su honrado y sacrificado trabajo, a cambio de nada; en fin, de tantos compatriotas que mueren cada día por causa de la delincuencia y el narcotráfico, y por la falta de oportunidades de trabajo, originada por gobiernos corruptos que se enriquecieron a costa del dolor y del sacrificio del pueblo.
Gracias Daniel, porque a pesar de haber alcanzado la gloria, mantienes tu cordura, tu sencillez, y tu humildad; sin desconocer tus ancestros ni tu pasado de penurias, de lo cuál más bien te sientes orgulloso, demostrándonos a todas luces que jamás hay que marearse, como sucede con mucha gente que nunca consiguió nada, a más de dinero.
Gracias Daniel, porque a cambio de los “ídolos de pacotilla”, hoy transformados en políticos de turno, que a toda costa quieren alienar la mente de nuestro pueblo, Tú si eres un auténtico IDOLO de carne y hueso, un verdadero y tangible ejemplo para la presente y las futuras generaciones, no solo de Latinoamérica sino a nivel mundial. Vaya también mi reconocimiento y mi saludo para todos los participantes en esta justa olímpica, especialmente a las medallistas Glenda Morejón, Lucía Yépez, Angie Palacios y Neisi Dajomes, que son un tangible ejemplo para la juventud ecuatoriana. (O)