El militar que capturó al «Che» respira aliviado tras una larga pesadilla

Gary Prado Salmón respira aliviado tras superar once años en detención domiciliaria que, a su juicio, fue una especie de venganza por haber capturado hace décadas al «Che», aunque para este militar retirado ese acto no fue lo más importante que ha hecho en sus 81 años de vida.

La absolución de los acusados en el «caso terrorismo», conocido así en Bolivia, cierra un largo capítulo que Prado califica como un «golpe al autoritarismo» del expresidente Evo Morales.

El militar retirado recuerda que llegó a sus audiencias en camilla cuando ya no soportaba la silla de ruedas y que en ese tiempo sufrió la pérdida de un hijo y un hermano.

Prado Salmón recibe a Efe en su casa en la ciudad boliviana de Santa Cruz, en una entrevista en la que relata su experiencia.

GOLPE A MORALES

El general retirado, que capturó en 1967 en Bolivia al revolucionario Ernesto «Che» Guevara, manifestó que el cierre del caso es un «golpe al autoritarismo, al prorroguismo» del expresidente Morales.

Este mes un juez dio por cerrado el proceso que se remontaba a 2009 tras retirarse del caso el Gobierno interino y la Fiscalía de Bolivia, al considerar que era un montaje de la época de Morales sin base jurídica.

«Creo que habiendo perdido tantas cosas, lujos, orgullo y todas las cosas que tenía» Evo Morales, «este caso es un golpe más que recibe», dijo el que fue uno de los 39 procesados ahora absuelto.

«En su mentalidad tal vez no lo considera como el más importante, pero creo que a lo largo de los años esto va a quedar como una marca totalmente negativa» para Morales, sentenció.

EL CASO POLÉMICO

El «caso terrorismo» estalló el 16 de abril de 2009, cuando un comando policial realizó una operación en un hotel de Santa Cruz que se saldó con tres extranjeros muertos y dos detenidos, acusados de formar parte de una célula terrorista que supuestamente pretendía la secesión de la región cruceña y atentar contra Morales.

En 2015, tras someterse a un proceso abreviado, el croata-boliviano Mario Tadic y el húngaro Elöd Tóásó fueron condenados a cinco años y diez meses de prisión cada uno por alzamiento armado contra la seguridad del Estado con fines secesionistas.

El carpetazo al proceso hace unos días dejó absueltos a 33 procesados, entre ellos Prado, y otros seis que habían sido condenados tienen ahora la posibilidad de anular su sentencia.

«Para nosotros ha sido un alivio sentir que se quitaba de encima ese riesgo de que continúe este juicio, porque lo que querían era acabar con el juicio en el período de Morales, condenándonos para escarmentar, asustar a todo el mundo», indicó Prado.

UNA VENGANZA POR EL «CHE»

A juicio del militar retirado, este caso estaba bajo el control del Ministerio de Gobierno por orden del expresidente Morales y una de las razones por la que intentaban involucrarlo era el «fanatismo» del expresidente por el argentino-cubano «Che».

«Hubo una cierta influencia cubana en este asunto y ahí es que yo me veo involucrado en un suceso que nada tenía que hacer», sostuvo.

«Había la intención de Morales de quedar bien con Cuba (…) y deben haber querido un poco vengarse de la derrota que sufrieron en 1967», agregó sobre lo que pasó con el «Che», uno de los héroes de la revolución cubana que fue capturado y luego ejecutado en Bolivia.

Prado subrayó que para él es un «timbre de honor» cumplir con su deber militar al haber capturado a «Che» Guevara cuando dirigía una guerrilla en una selva boliviana, a pesar que esa acción haya sido, según él, uno de los motivos para pasar once años de su vida en detención domiciliaria.

«JAMÁS NOS VAN A DOBLEGAR»

Prado, en silla de ruedas desde 1981 por un disparo accidental de un oficial, contó que él junto a los otros encausados instauraron su propio lema para darse ánimos entre ellos para sobrellevar el caso.

«Les dije que tengamos una especie de convicción o una especie de lema, ‘Jamás nos van a doblegar’, y eso se convirtió en nuestra razón de ser y así lo repetimos siempre», contó.

Su familia, en especial su hijo Gary Prado Araúz, quien le defendió en el juicio junto a otros acusados, han jugado un papel muy importante para darle fortaleza para no desistir.

«Creemos que hemos dado un ejemplo a Santa Cruz y a Bolivia de que cuando hay una irregularidad, cuando hay un Gobierno que hace estas cosas, no hay que dejarse y que con esto esperamos que nunca más aparezcan este tipo de acciones», sostuvo.

Gary Prado Salmón considera que el único terrorismo que hubo en el país en esos años fue el «terrorismo de Estado».

LOS ONCE AÑOS DE DETENCIÓN DOMICILIARIA

Por el momento no piensa comenzar un juicio internacional en contra del expresidente o pedir algún resarcimiento económico por todo el tiempo que estuvo encerrado en su casa, de la que solo podía salir unas tres horas para dictar clases y una hora los domingos para ir a misa.

Prado recordó que en ese lapso de tiempo tuvo dos golpes duros: la muerte de uno de sus hijos y uno de su hermanos, a los cuales apenas logró asistir por las trabas del Ministerio Público para otorgarle un permiso especial para salir de casa.

Además su salud se deterioró y le comenzaron a salir unas escaras o úlceras con riesgo de infección por estar en la silla de ruedas.

Muchas veces le negaron el permiso para ir al médico y asistía en una camilla a sus audiencias, incluso alguna vez estuvo en una «litera» en el suelo.

LA ESCRITURA, SU REFUGIO

Todo ese tiempo se refugió en la escritura y publicó varios libros, ahora trabaja en una novela de cinco partes y está en proceso el tercer tomo.

En su estudio tiene una pared llena de fotografías de momentos importantes en su carrera militar, como cuando por primera vez bajó a caballo una montaña con una bandera o junto al papa Juan Pablo II.

En ningún lugar tiene una fotografía de la mayor hazaña que todos consideran que hizo, capturar al «Che», porque considera que «ha hecho cosas más importantes en su vida».

Ahora que está libre ha pensado en ampliar las horas que dicta clases y reunirse con sus amigos camaradas, además de disfrutar de la compañía de su familia.

«Quiero disfrutar más de la familia, los años que me queden quiero disfrutar del cariño de la familia», finalizó. EFE

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