Los “rostros ocultos” del Deportivo Cuenca

Marcelo Ortega y Gilberto Pinoargote son dos padres de familia y profesionales que un día, casi sin pensar dos veces, decidieron formar filas del Deportivo Cuenca. Después de más de una década de servicio en un oficio del cual en principio no tenían idea (utilería), en la actualidad no tienen otro deseo sino el de jubilarse en el club que floreció en sus corazones y en el de sus familias.

Ortega tiene 49 años. Es Técnico Industrial. Sus conocimientos en soldadura, pintura, operación y mantenimiento de máquinas… le abrieron puertas en la fábrica Colineal. En ese tiempo hizo una buena amistad con el profesor Ángel Pesántez. Sus hijos eran compañeros de grado en la Escuela Luis Cordero.

“Un día le dije: Angelito ¿no tendrá un camellito en el Deportivo Cuenca, aunque sea de asistente técnico? Pensaba que era cosa fácil, ha sido de prepararse, conocer más el fútbol. Me dijo: si hay una de utilero, vamos a que pruebe. Pedí vacaciones en la fábrica y me fui a probar. Ese año (2002) estuvo (Dalcio) Giovagnoli como técnico, el Cuenca regresó a la categoría A”.

Su profesión una vez más fue la vitrina para quedarse en el club. En la bodega “lo único que había era 10 conos pequeñitos, no tenían nada más. Entonces empecé a hacer ganchos, estacas y muchas cosas… Todos los materiales que están acá: arcos portátiles, vallas, he podido hacer yo mismo y siempre estoy listo para cualquier cosa que haga falta”.

Desde su niñez empezó a ver la vida desde otra óptica. “Me crie en un hogar seis años junto a unos compañeros que a los 35 años nos volvimos a juntar. Éramos 90 y pico de niños que compartíamos mañana, tarde y noche sin papá y mamá”. Los salesianos influyeron en su juventud. Estudió en el Colegio Técnico Salesiano y Carlos Crespi.

Hoy siente que ha cumplido todo lo que se ha propuesto. Lleva 27 años de matrimonio. Es padre de familia de dos hijos (25 y 15 años) y abuelo de una nieta de siete años. “Si Dios da vida y salud, he pensado en jubilarme acá. Ojalá se den las cosas para estar tranquilo cuando uno sea viejo”.

Lleva 19 años de estar pendiente que al primer plantel, sobre todo a jugadores, no les falte medias, licras, bóxer, buzos, chalecos, vendas, uniformes, zapatos…, que tengan listo el agua y el hidratante. Casi todos los días, con su compañero Gilberto, sube y baja la implementación deportiva. El peso es lo de menos, siempre lo hacen con gusto y hasta con algo de humor.

Gilberto tiene 35 años. Es Técnico Electricista. Es oriundo del Carmen, provincia de Manabí. En 2003 vino a trabajar a la capital azuaya y conoció a Marcelo quien le recomendó a Pedro Peña para unas instalaciones eléctricas.

“Marcelo me preguntó si quería estar en el equipo. Luego que me explicó lo que era la utilería, opté por quedarme en Deportivo Cuenca”. En su primer año de trabajo (2004), el Expreso Austral fue campeón de la Serie A.

“Fue una de las mejores etapas de mi vida con Deportivo Cuenca, también he tenido muchas tristezas, como en 2006 cuando estuvimos cerca de descender… El Cuenca se me metió en el corazón y en el de mi familia. Mis hijos (dos mujeres y dos varones) son hinchas a muerte del equipo”.

Durante los 17 años de servicio incondicional al club ha tenido la dicha de viajar por diversos países y acumular un sinnúmero de anécdotas. Recuerda que, en 2014, cuando el club viajó a Hong Kong, “alguien me dijo que íbamos a comer chuzo de pollo y realmente había sido un chuzo de ratón, pero bueno, eran ratones criados, muy sanos, no como los de acá que andan por la alcantarilla”.

Para la pretemporada 2020, a los dos les toca trasladarse todos los días desde Cuenca a Paute. Dependiendo de la planificación del cuerpo técnico, emprenden el viaje a las 04:30 o 05:00 para llegar a tiempo a la Hostería y tener listos los implementos. (BST)-(D)

Jorge Verdugo

Tiene 45 años, nueve dedicados al Deportivo Cuenca. Su primer periodo comprendió de 2007 a 2009. Su segundo periodo empezó en 2015. Por sexto año consecutivo será el puente entre el club y los medios de comunicación. A veces no es una labor comprendida, dice, en referencia a que la función difiere del análisis, la crítica… una fase que también la desempeñó en medios radiales. Tiene 19 años de matrimonio con Dora Jarrín. Es padre de Jorge Esteban, de 18 años, y Juan Marcelo, de 14. Su primer hijo no es afín al fútbol como el segundo.

Pablo González

Nació en Isla Margarita hace 55 años. Fue parte del éxodo de venezolanos que buscaron en otros países mejores días para sus familias. Es Médico Traumatólogo con especialidad en Cirugía Ortopédica. Vivía de consultas particulares. En 2018 el DT Richard Páez le invitó a que forme parte del club. “Tuve que reinventarme y aprender”, asegura tras precisar que en su país colaboró por dos años en un equipo de basketball. Su esposa es Médico Fisiatra en el IESS. Tiene cinco hijos: dos viven en Venezuela, dos en Ecuador y uno en Argentina.

Ismael Orellana

Desde niño practicó baloncesto. Su vinculación con el deporte le llevó a especializarse en quinesiología y kinesioterapia. Tiene 26 años, tres ejerciendo la carrera. Es oriundo de Azogues. Todos los días, sea en vehículo particular o en bus, viaja a Cuenca para en lo posible ayudar a prevenir lesiones y se estas se han consumido, tratar de readaptarle al jugador para que regrese lo más pronto a la actividad. Forma parte del Deportivo Cuenca desde el 2019 por invitación del médico deportólogo de entonces Vicente Brito.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba