Periodista y escritor. A Ramiro Diez le convocan motivos diversos, para fundirlos en este libro, en una suerte de pequeños ensayos, que siembran la inquietud y el interés en los lectores, de tal manera que el texto breve, viene a ser un enganche para buscar más lecturas. Michel de Montaigne, en el S. XVI, será el creador del género que en la Edad Moderna se conocerá como Ensayo y que, ahora, nos ha permitido que en Diez se consolide este género, tan informativo como motivador.
Registros históricos, policíacos con la silla eléctrica; sociales y culturales con la dimensión racial; costumbristas, como aquel que alude al pecado de la gula del pueblo inglés; historietas misteriosas, de enorme creatividad; temas de la música con Tchaicovsky; de poesía, con la niña que ama al poeta argentino Leopoldo Lugones. Distintos rincones de la geografía desfilan por sus páginas, tanto como personajes que, en este suscitador libro, el nombre “Para volver a leer”, infunda en cada lector aquello que el autor lo ansía: volver al texto. Nigeria, Vietnam, Alaska, New Orleans; Gandhi, Mao Tse Tung, los Poetas Malditos, Rimbaud y Verlaine, Rasputín, McCarthy, Jean Godin, Marilyn Monroe, Lee Harvey Oswald, García Moreno, Oney Judge y el Presidente Washington, Catalina -la monja española del S. XVI-, Frida Khalo, en fin, cuántos motivos que el autor toma cono suyos, para recrear a los lectores y suscitarles “la vuelta a la lectura”, propósito único que rodea a este libro variado y a la vez, enriquecedor, logrando recrear de la palabra escrita, como objetivo primordial de su autor. (O)