Qué es de la vida de… Elvia Aucancela, medallista bolivariana

La voz de Elvia Aucancela empieza a entrecortarse. El llanto pareciera que le quiere ganar, de pronto respira casi imperceptiblemente y continúa. Aún convaleciente saca fuerzas y prefiere recordar entre una que otra sonrisa su época como una de las atletas más destacadas en las décadas de los 80 y 90.

“Reanima saber que todavía se acuerdan de aquellas épocas”, señala mientras se recupera en su casa de una intervención quirúrgica debido a un descenso de vejiga que lo venía padeciendo desde algunos años atrás. Como seleccionada nacional, participó en tres ediciones de los Juegos Bolivarianos.

En Cuenca 1985 fue medallista de bronce en 1.500 metros; en Maracaibo 1989 repitió bronce en 5.000 metros; y en Ambato 2001 se retiró del atletismo cumpliendo un sueño. “Alguna vez dije, así llegue último tengo que competir en un maratón y lo hice”.

Después se mantenía trotando, pero dejó de hacerlo por salud. Además, decidió copar su tiempo en la docencia y en atender a su familia, su principal apoyo. Con su esposo José Quizhpe, son padres orgullosos de dos hijos: Gabriela es arquitecta y José es psicólogo clínico.

Este 15 de marzo cumplirá 53 años. Es sus tiempos libres le gusta pasear en el campo, donde se forjó como persona y atleta. Si bien nació en Azogues, siempre estuvo ligada a Cuenca por estudios o por deporte. Se radicó de forma definitiva en la capital azuaya en 1989 después de contraer matrimonio. Aquel año también ingresó al Magisterio.

Se graduó en la Universidad Católica como Licenciada en Ciencias de la Educación, especialidad Educación Física. Actualmente es profesora en la Unidad Educativa del Milenio Manuela Garaicoa. En sus inicios fue entrenadora en el Colegio César Andrade y Cordero.

Cuando se presenta la ocasión y dispone de tiempo, le encanta preparar mermeladas. Por su buen sabor, más de una vez le han sugerido que abra su propio negocio. También colabora como jueza en certámenes atléticos. Tiene certificado internacional Nivel I. Confiesa que cada vez que observa lo que hacen los deportistas, “uno siente todavía esa adrenalina”.

Aunque para la época hacían buenas marcas, asegura que no se compara la rapidez con la que se corre en la actualidad y esgrime tres razones fundamentales: la tecnología, el tiempo de entrenamiento y sobre todo la planificación. “Antes corríamos por simple gusto. Nos decían, vos eres bueno para correr, entrenábamos una semana y ya corríamos”. (BST)-(D)

MENSAJE

“No es fácil llegar (a un podio). Se necesita de mucho esfuerzo, constancia y perseverancia en los entrenamientos. También es necesario trazarse una meta. Si no llegan a un campeonato nacional o internacional es importante que continúen en el deporte porque llena mucho como persona”.

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