Educación nocturna enfrenta desafíos por apagones

El Ministerio de Educación estableció ajustes temporales en los horarios de clases para las instituciones fiscales, debido a la crisis energética que ha provocado cortes de luz programados a escala nacional.

La jornada matutina mantiene su horario regular y la vespertina termina sus actividades a las 17:00. Mientras que, la jornada nocturna pasó a modalidad no presencial.

Mónica Ávila, rectora de la Unidad Educativa “Francisca Dávila de Muñoz”, que ofrece educación nocturna para adultos, explicó que se está trabajando de manera coordinada entre los docentes y el vicerrectorado con una modalidad a discreción.

“Esto significa que los docentes preparan fichas pedagógicas que son enviadas a los estudiantes durante todo el día, no se les remite de acuerdo al horario de clases debido a los apagones ya que no sabemos en qué sector tienen luz o dónde no tienen”, señaló.

Medios

Los docentes utilizan distintos medios como WhatsApp, correo electrónico, mensajes de texto, para que los estudiantes puedan acceder a las fichas pedagógicas cuando tengan disponibilidad de luz o Internet.

Sin embargo, la situación no ha sido fácil. Muchos estudiantes, especialmente aquellos que trabajan durante el día, enfrentan dificultades para seguir el ritmo de las clases virtuales. «Cuando llegamos a nuestras casas, no hay luz o no tenemos Internet«, expresó David Mogrovejo, un estudiante de 28 años que cursa el bachillerato nocturno en un plantel de la ciudad y reside en El Valle.

«Estudiar de noche ya es complicado de por sí, pero sin luz se vuelve más difícil», comentó.

Ante esta realidad, la rectora de la Unidad Educativa “Francisca Dávila”, mencionó que se están buscando alternativas para los estudiantes que no siempre pueden conectarse a las clases virtuales.

“Un 80 % de los estudiantes está respondiendo a las fichas pedagógicas, pero con el 20 % restante estamos aplicando otras estrategias, como la entrega física de materiales en la institución”, señaló.

Alternativas

Esta opción permite a los estudiantes recoger las guías de trabajo al finalizar su jornada laboral y realizarlas en sus hogares. «Estamos organizando turnos con los docentes para atender las necesidades de los estudiantes que no tienen acceso constante a Internet», indicó Ávila.

La institución cuenta con 130 alumnos en la sección nocturna, con edades que van desde los 18 hasta los 60 años, muchos de ellos provienen de sectores rurales como El Valle, Sinincay y Ricaurte, donde la situación económica complica aún más el acceso a un plan de Internet en casa.

A pesar de las dificultades, los estudiantes están motivados para alcanzar su meta de obtener el bachillerato, un sueño que muchos han postergado durante años. Esperamos que la emergencia energética termine pronto, porque la educación presencial no es igual a la virtual. Pero seguimos buscando mecanismos para que los estudiantes no pierdan esta oportunidad”, aseguró Ávila.

Para Ana María Sánchez, especialista en Educación, los apagones pueden generar afectaciones en el proceso de aprendizaje, sobre todo, en estudiantes que dependen de recursos tecnológicos para su formación.

«La interrupción del acceso a clases virtuales y materiales educativos limita el progreso académico, lo que puede provocar retrasos en el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje (…) Además, esta situación puede aumentar las brechas educativas entre los estudiantes con acceso a recursos alternativos y aquellos que dependen del entorno escolar», indicó. (PNH)-(I)

15

meses es el periodo en el que los estudiantes obtienen el Bachillerato para adultos en modalidad nocturna, cinco meses por cada año lectivo regular.

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