El fortalecimiento de huesos y dientes generalmente son los beneficios más populares de los lácteos. Sin embargo, sus nutrientes además tienen una gran influencia en la salud del sistema digestivo, por tanto en el bienestar general del organismo. Esto debido a que el intestino es considerado como el segundo cerebro del cuerpo, dado que contiene más de 100 millones de neuronas y es en donde se producen neurotransmisores relacionados con el humor y la concentración.
“En este contexto y con ocasión del Día Mundial de la Salud Digestiva que se conmemora en mayo, es importante revisar la importancia de la leche y sus derivados para este sistema. No solo porque es fundamental para procesar y absorber de manera adecuada los alimentos, sino también para calmar la ansiedad, concentrarse, desechar los residuos del cuerpo, entre otras bondades que muchas veces se desconocen”, explica la Dra. Ana Altamirano, nutricionista de Vita Alimentos.
¿Cuáles son los beneficios?
Antes de revisar uno a uno los beneficios de la leche y los lácteos para el sistema digestivo, es importante entender cómo se genera esta relación. La nutricionista, explica que los macronutrientes que la dieta provee: proteínas, grasas e hidratos de carbono, son metabolizados, absorbidos y eliminados por el aparato digestivo y de él depende una adecuada provisión de nutrientes al resto del cuerpo. Cuando el aparato digestivo recibe un adecuado equilibrio de nutrientes, las funciones gastrointestinales van a trabajar adecuadamente. Sin embargo, una disfunción del aparato digestivo provocada por una mala dieta va a influir en la energía que una persona necesita y con ella un declive en sus funciones neuronales, cambios de humor y problemas de concentración.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico:
Los lácteos y sus fermentos como el yogur contribuyen a la microbiota intestinal y ésta a la salud inmunológica. Cabe destacar que, la digestión de las proteínas comienza en el estómago mediante la acción de enzimas digestivas y su absorción se realiza en el intestino delgado en forma de aminoácidos. A través de esta función, es posible la reparación y regeneración de tejidos intestinales, lo que fortalece el sistema inmunológico intestinal.
- Garantizan la motilidad intestinal:
La grasa y los hidratos de carbono de la leche y los lácteos como los almidones, fibra, lactosa, entre otros, cumplen con la importante función de proporcionar combustible para las funciones digestivas y metabólicas, además su aporte de fibra contribuye a mantener la motilidad intestinal. Esto debido a que la lactosa presente en la leche otorga energía a las células para su adecuado funcionamiento, pero se debe evaluar su tolerancia ya que las personas que carecen de una enzima llamada lactasa podrían presentar trastornos gastrointestinales. Es decir, constituyen el motor para que el sistema digestivo opere de manera óptima desde que los alimentos ingresan por la boca hasta que son eliminados.
- Facilitan la evacuación intestinal:
Las enzimas digestivas que se producen gracias a las proteínas también facilitan la descomposición de los alimentos.
- Regulan el apetito:
De igual manera, las proteínas ayudan a mantener la sensación de saciedad, ayudando a regular el apetito y promover una digestión más equilibrada.
- Ayudan a regular la acidez estomacal:
Esto gracias a que la leche y los lácteos son ricos en calcio, un micronutriente que es absorbido, metabolizado, transportado y regulado en el aparato digestivo. El calcio en los alimentos es descompuesto en el estómago por ácido clorhídrico y luego absorbido principalmente en el intestino delgado, en donde actúa como regulador de la acidez estomacal. La vitamina D de la leche también tiene un importante papel en este proceso, ya que ayuda en la absorción del calcio.
Además, tiene un importante aporte en cuidar de las membranas mucosas, ya que mantiene la integridad de la barrera intestinal y la protege contra la inflamación y la irritación.
¿Cómo sacarles provecho a los lácteos para mejorar la salud digestiva?
- La nutricionista recomienda consumir al menos dos vasos de leche al día. “Esto asegurará la estabilidad de varias funciones del sistema gastrointestinal, siempre que se elijan lácteos seguros, es decir libres de patógenos como la salmonella, y esto se logra con leche pasteurizada y ultrapasteurizada, y con la elección de derivados lácteos enriquecidos con probióticos como es el yogur”. En el caso de presentar problemas de intolerancia a la lactosa, se aconseja elegir leches deslactosadas o descremadas según su requerimiento.
Recomendaciones generales para mejorar la salud digestiva:
- Consumir una dieta adecuada, balanceada, suficiente, completa e inocua.
- Consumir alimentos que contengan proteínas de alto valor biológico como la leche, carnes y huevos.
- Verificar que la dieta tenga suficiente contenido de fibra.
- Beber agua como bebida abundante y complementar con leche, esto asegurará una adecuada motilidad intestinal.
- Comer despacio y masticar bien los alimentos.
- Fraccionar la comida entre 3 a 5 tiempos de comida.
- Dormir bien¡¡ para conciliar el sueño de una manera óptima se puede ingerir 1 vaso de leche tibia antes de dormir, ya que contiene triptófano que ayuda en la inducción del sueño.
Si bien, la salud digestiva está condicionada a varios factores, la alimentación es el principal factor de una adecuada digestión y la leche y los lácteos son aliados fundamentales para garantizarla.