Desde el pasado trece de julio hasta la actualidad, la planta de tratamiento de agua potable de Gualaceo se encuentra paralizada luego de la contaminación del río San Francisco tras el derrame de diez mil galones de diésel que traía un tanquero que se accidentó cerca del sector de Ingamullo en la vía Gualaceo-Limón. La planta de agua potable sirve para alrededor de ocho mil usuarios en Gualaceo, los que suman alrededor de treinta mil personas, que ahora tras el derrame de diésel no pueden disponer de este elemento vital.
La empresa municipal de agua Emapas-G EP así como la junta de riego del río San Francisco y las juntas comunitarias de agua cerraron las compuertas de sus sistemas desde la captación hasta la planta de tratamiento, para evitar que las aguas contaminadas ingresen a las casas de los usuarios. La mitigación que pensaba que se iba a tardar unas horas, ahora se demuestra que son un montón de días que no se puede remediar el accidente de contaminación del río San Francisco. Se continúa verificando la calidad del agua pero ésta no demuestra ser apta para ser usada por las personas.
El derrame de diésel no solo que afectó al río San Francisco sino que también llegó al río Santa Bárbara. El tratamiento para limpiar las aguas contaminadas con diésel requiere de un sistema especializado debido a la alta toxicidad de este combustible. Entendemos que la planta de tratamiento de Gualaceo cuenta con todos los sistemas de remediación, pero sin embargo, en accidentes como estos se necesita de una acción conjunta de los demás municipios. Quien debe cooperar en estos casos es la prefectura para solucionar un problema tan grave como el ocurrido. Hoy la tecnología, diferente a la de ayer, contribuye a remediar esta clase de contaminaciones. (O)