Inmunes de casta

Gerardo Maldonado Zeas

Pólit quiso hacerse el cumplidor con el pago que la Corte de Florida le fijó como fianza. Antes, debe probar la licitud de los fondos, y luego defenderse de la acusación de haber utilizado el sistema financiero de los EE. UU. para lavar y ocultar el dinero de los sobornos obtenidos en el Ecuador,

Idénticamente trascendió que los EE. UU. decomisó 45 millones de dólares a Antonio Peré Ycaza quien habría pagado sobornos a funcionarios de la Ep Petroecuador de los ex gobiernos anteriores por el caso Petrochina.

Una justicia implacable, sin conjeturas ni poses geniales para recuperar de los sinvergüenzas atracadores lo mal habido, contrasta con lo que ocurre en Ecuador al conocerse que quienes deben reparar los daños, hace tiempo han enajenado los bienes o han puesto a nombre de terceros para aparecer como carentes de patrimonio.

Una realidad llena de vericuetos, coimas, piruetas jurídicas, escondrijos, recursos interpuestos sin razón, le han vuelto muy lenta a la recuperación de lo robado. Y seguirá siendo así, si a más de ver llegar a cuentagotas el dinero, se utilizan “armas constitucionales” con las cuales dejan en libertad a condenados de fuste como Jorge Glas.

En el Ecuador, a la hora de aprobar, no se consiguieron los votos de la asamblea; véase como las propuestas de la Ley de extinción del dominio, o de Repetición fueron negadas por una mayoría de asambleístas que adoran la impunidad.

A inicios del año la asambleíta Johana Moreira (ex ID) presentó un proyecto de ley para que se regularice las llamadas garantías jurisdiccionales o acciones de protección como el “habeas data” o “habeas corpus” y sean conocidos estrictamente por jueces constitucionales expertos en la materia. El 20 de abril pasado se conoció un caso más en Manglaralto, la capital mundial del “habeas corpus”, concedido a un ciudadano holandés, en proceso de extradición por tráfico de drogas a cargo de la Corte Nacional de Justicia, sin que la SNAI comparezca para ejercer el derecho de contradicción.

Hasta ahora la recuperación de lo robado es mínimo frente a la dantesca usurpación de los fondos públicos. De que servirán las cooperaciones eficaces con gobiernos amigos, para cercar a los nuevos delincuentes, si el Ecuador no responde jurídicamente, sino mas bien busca concederles la libertad a través de las acciones constitucionales. Inmunes de casta, diría mi vecino. (O)