¡Qué pena por ETAPA!

Gonzalo Clavijo Campos

El saneamiento integral de Cuenca es una de las tareas más reconocidas de ETAPA EP. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidad financiera exigente, otorgó en 1990 créditos blandos para ejecutar el Primer Plan Maestro de agua potable y alcantarillado que incluyen alcantarillado, interceptores y planta de aguas servidas en Ucubamba, para devolver a los ríos su calidad, belleza y presencia de peces como ocurre tan solo en ríos europeos.

El BID al considerar una planificación de servicios básicos eficiente con procesos de contratación limpios, en las administraciones de los gerentes arquitecto Jorge Molina e ingeniero Agustín Rengel, amplió el monto de créditos y funcionarios como los ingenieros Marcelo Barros y Edgar Orellana fueron seleccionados para laborar en el BID.

El 15 de mayo-2022, ya publicamos una columna en Diario El Mercurio advirtiendo la designación de cinco gerentes  de agua potable en  un año, pues aquello nunca había ocurrido y la exclusión de dos profesionales reconocidos por su rectitud de proceder, ingenieros Galo Durazno, Director de los Planes Maestros  y Pablo Rengel, Gerente de agua potable, por el “error” de  haber elaborado informes sustentados señalando los inconvenientes de adjudicar a una determinada empresa la construcción de la nueva planta de aguas servidas en Guangarcucho por 70 millones de dólares.

El tiempo nos ha dado la razón y lo que mal comienza, mal termina. Los organismos crediticios CAF y BEI no aceptaron la adjudicación presentada, perdiéndose cuatro valiosos años y teniendo que pagar en comisión de crédito nada menos que USD 875.400,00. “Lo que quisieron es direccionar el proceso para darle al contratista ungido 70 millones de dólares y que tiene íntima relación con la administración municipal”, preocupante expresión del Señor Alcalde electo, doctor Christian Zamora. ¡Qué vergüenza!

La pérdida para la ciudad es inmensa por el deterioro en la calidad de los ríos al descargarse caudales de 250 l/s de aguas servidas sin tratamiento; se suma el desprestigio de ETAPA, el pago de la comisión de crédito, pérdida de credibilidad. ¡Los miembros del Directorio, máxima instancia de representatividad de la Empresa, no han dicho ni una sola palabra de esta entidad “pública” que es de todos los ciudadanos! (O)