Por irreverentes

Fundamedios publicó una alerta sobre la cancelación del programa Los Irreverentes que se transmitía en televisión y portales digitales.  Llevaba 17 meses al aire con al menos seis auspiciantes, según informan sus presentadores, los periodistas Fabricio Vela, María Sol Borja y José Luis Cañizares.  Mantenía su programación con un contenido de opinión política que entregaba a la ciudadanía información crítica sobre el quehacer noticioso y temas de relevancia social, económico y político.  Sus presentadores no han tenido reparos en tomar posturas críticas con el poder cuando la información así ha sido sustentada.  El programa fue la evidencia de que se puede mantener distancia de la agenda e intereses gubernamentales como una condición fundamental para llevar adelante el periodismo frontal, responsable y directo que requiere el Ecuador.  Lamentablemente, para cierto sector de la clase política, a la postura crítica, diversa e irreverente se le exige el silencio.

Otra alerta mencionada por la misma ONG estuvo relacionada con la crítica que hizo la periodista Alondra Santiago sobre el informe a la Nación de parte del presidente Noboa expresado en forma de interpretación musical en la que se incluyeron frases del Himno Nacional.  A esta composición se le otorgó todo tipo de calificativos por algunos sectores de la clase política, particularmente afines al gobierno, desde donde se expresaron las alertas que llegaron a la xenofobia y a la violencia de género.

La irreverencia con el poder es parte inherente al periodismo. Permite ser contestario con quienes reciben el escrutinio público debido al cargo que ostentan.  Esta interpelación debe hacerse por los espacios institucionales en donde el sistema medial es un actor clave. El Estado debe proveer el entorno adecuado para que esa interpelación pueda hacerse en los mejores términos posibles.  Las condiciones más adecuadas de interacción entre el sistema medial, el sistema político y el ciudadano, contribuyen en una mejor y más robusta democracia.