Autos clásicos se toman Cuenca y conquistan a los amantes tuercas

Un 'museo sobre ruedas' paseó por la zona céntrica de la capital azuaya durante el Raid Ciudad de Cuenca Autos Clásicos.

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El Studebaker Champion de 1939 fue parte del evento que empezó en el exterior del estadio Alejandro Serrano Aguilar.

Una Volkswagen Combi coqueteó a los asistentes al Raid Ciudad de Cuenca Autos Clásicos que concentró a cerca de 130 joyas en el exterior del estadio Alejandro Serrano Aguilar.

Orlando Moncayo la convirtió en una ‘casa rodante’ con todo lo necesario para recorrer el país y el mundo. Detrás de la cabina principal está instalada la cocina, un fregadero, un comedor, una mini sala y una cama.

En la parte externa de la Combi le instaló un par de bidones. El primero tiene adaptado una ducha; el segundo provee de agua a la cocina. ¿Y el baño? “Es natural”.

La inversión se aproxima a los 10.000 dólares. Orlando la fue acoplando desde hace dos años con la visión de preservar el medio ambiente, de ahí que la llama ‘Combi Natural’.

También la personalizó pensando en las personas jubiladas, de ahí que podría ir tranquilamente a 70 u 80 km/h. “La idea es desacelerar la vida e ir manejando con otra visión”.

Historias que encierran los autos clásicos

La mayoría de los participantes del Raid Ciudad de Cuenca Autos Clásicos se trasladaron en caravana hacia Paute. No podían ir a más de 45 km/h.

Pablo Heredia ‘echaba pinta’ con un Chevrolet Impala de 1960. “Mi papá lo compró al Cónsul de Perú, en Cuenca. Él tenía que regresar a su país y lo vendió 0 km”.

De ‘cuyero’ a una verdadera ‘joya rodante’

Vicente Jaramillo, de 61 años, no se quedó atrás y lucía orgulloso el Studebaker Champion de 1939. “Le cambiamos algunas piezas porque ya no existen repuestos sobre todo del sistema mecánico».».

«El carro está refaccionado. Tiene un motor Malibu 305, frenos de disco, dirección hidráulica. Naturalmente hay que poner todo eso a que pueda parar, por la época. En el 39 utilizaban solo zapatas, ahora tenemos discos”.

El discípulo de Emilio Maldonado Tello rescató la joya de la chatarra. Lo compré en El Paraíso a un señor que «lo tenía despedazado, prácticamente echo un cuyero».

«Me costó 600 dólares. Fue simbólico porque prácticamente se compró la carrocería, el motor estaba totalmente destruido, lo que es suspensión, tapicería… hoy he tenido ofertas hasta de 45.000 dólares…”.

Xavier Abad, jefe de marketing de Tedasa, mentalizador del evento, ponderó la sinergia entre la empresa pública y privada para concretar un espectáculo desde hace ocho meses. Destacó la presencia de autos clásicos, desde 1928, que no han salido en los últimos 16 años.

Galería de algunos autos que participaron en el Raid Ciudad de Cuenca