Cambiar el capitalismo desde dentro

Bladimir Proaño

El capitalismo en Ecuador ha sido influenciado significativamente por las élites empresariales, quienes han condicionado las decisiones económicas de los sucesivos gobiernos durante los últimos 40 años. Intereses particulares se han impuesto al bien general en un país de caciques locales, lobbies de todo origen e índole asi como arribistas que abundan en torno a la Asamblea (ex Congreso). No se trata solo de una revisión histórica de nuestro pasado más reciente, sino toda una observación a navegantes sobre lo que puede pasar en el futuro si no se toman medidas. Los privilegios de determinadas élites alimentan la corrupción o la generación de burbujas. Cuando se habla de grupos de presión no se refiere solo a los lobbies sino sobre todo a los intereses que surgen desde los diferentes territorios y sectores como el exportador, los estratégicos, el transporte o los señores dueños de grandes negocios.

Los líderes mundiales, a menudo propensos a hacer declaraciones pomposas, deben recordar de reformular el capitalismo y dejar de marcarse grandes objetivos con plazos tan largos que luego nadie se acuerda de la promesa. La ONU, con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, se ha comprometido a erradicar la pobreza, el hambre y las enfermedades, así como a detener las guerras y el cambio climático para 2030.. Sin embargo, estas metas avanzan a paso de tortuga, cuando no retroceden. Es importante ser realista y priorizar aquello que se puede cumplir; es decir, concentrar nuestros recursos limitados y nuestra atención en correcciones más inteligentes, políticas efectivas y realmente factibles para acabar con enfermedades crónicas, mejorarla educación o transformar el comercio.

Autores como Cohen  se ha convertido en uno de los líderes del cambio del sistema económico imperante mediante las llamadas inversiones de impacto, que promueven un mayor compromiso social y medioambiental.

El cambio puede empezar por repasar algunas de las más conocidas parábolas del Nuevo Testamento, para extraer las lecciones con el uso del dinero. Las cuestiones económicas impregnan prácticamente toda la vida humana en la tierra y lo que llamamos mercado no es solo un lugar, , sino un proceso de descubrimiento de cómo usar esos recursos escasos y limitados. Los valores de la Biblia, influyen en el desarrollo de la economía como disciplina, abordando la administración de la riqueza,  la propiedad privada, el manejo de las desigualdades,  la resolución de conflictos familiares o de la distribución de las herencias. Y reflexionar sobre estos temas puede ofrecer perspectivas valiosas sobre la propiedad privada, la riqueza y la tecnología. (O)