El martes pasado, el artista argentino-ecuatoriano Ariel Dawi, que presenta una muestra pictórica en el Salón del Pueblo de la Casa de la Cultura, denunció el robo de una de sus obras de arte, que representaba al colegio Benigno Malo. Un cuadro que representa al colegio Benigno Malo fue cortado a cuchillo del bastidor de madera que sustentaba el cuadro. Un día después la obra fue recuperada.
De parte del artista se conoció que una persona que alegó que le vendieron el cuadro, lo entregó al enterarse de que se trataba de una obra robada, pues no quería tener problemas con la justicia.
Una vez lanzada la alerta del robo, la misma sirvió para recuperar el cuadro, hecho que se difundió por medios de prensa y redes sociales.
Ya con la obra ha sido devuelta ahora se trata de darle el mejor tratamiento, pues además de haber sido cortado en sus márgenes, trataron de borrar la firma del artista.
Entre tanto, la investigación continuará para determinar al responsable de la agresión y robo de la obra de arte.
Para el artista, este es un hecho que nos enseña a todos y que demuestra la necesidad de aportar más recursos para la seguridad de los bienes culturales en museos, centros de exposición, etcétera.
El año que terminó, 2019, hubo otro incidente. En septiembre pasado, robaron del Archivo Histórico Nacional, de Quito, un documento muy importante: el testamento del prócer de la independencia, Eugenio Espejo. En este caso, lo desprendieron del libro donde el pliego de papel estaba cosido. (AVB)-(I)
DETALLE
Las seguridad es una necesidad constante en los museos y exposiciones.
