Australia se refuerza frente a los incendios mientras se disparan los daños

Los bomberos en Australia aprovecharon este martes la bajada de las temperaturas para reforzar las defensas ante los casi 200 incendios que arden en el sureste del país, tras un inicio de año «catastrófico» que ha disparado el coste de los daños hasta los 700 millones AUD (485 millones de dólares estadounidenses o 433 millones euros).

El servicio meteorológico australiano prevé que las lluvias y las temperaturas más moderadas, de hasta 20 grados por debajo de las registradas en la crítica jornada del sábado, se mantengan hasta al viernes, cuando se espera que las condiciones empeoren con los termómetros de nuevo por encima de los 40.

El Servicio Rural de los Bomberos de Nueva Gales del Sur, el estado más afectado por los incendios, destacó el «alivio psicológico y emocional» que la mejora de la climatología ha supuesto para su personal desplegado sobre el terreno, donde siguen activos unos 130 focos.

El comisionado del cuerpo, Shane Fitzsimmons, indicó que unos 2.600 efectivos trabajaron el martes para crear y consolidar líneas de contención que eviten el avance de las llamas, en especial hacia zonas habitadas.

«Intentamos poner bajo control tantos fuegos como podemos pero sobre todo buscamos reforzar las defensas para limitar (…) el daño potencial y el rebrote de estos fuegos en los próximos días», dijo el comisionado a la cadena ABC.

Fritzsimmons lo dijo antes de acudir al funeral en Sídney de uno de los voluntarios fallecidos a finales de año en Nueva Gales del Sur, donde se han registrado 20 de los 25 muertos causados por el fuego desde el inicio de la temporada en septiembre.

En el estado de Victoria, donde el sábado se declararon «condiciones catastróficas», el máximo nivel de alerta por incendios, la lluvia ayudó a «calmar el comportamiento del fuego y parar su progresión», según el jefe de la autoridad estatal de los bomberos, Gavin Freeman, que señaló que se han creado unos 1.500 kilómetros de cortafuegos.

PÉRDIDAS MILLONARIAS

El respiro temporal propiciado por la climatología permitió a las autoridades actualizar el balance de los daños causados por los incendios, que desde septiembre han calcinado más de ocho millones de hectáreas de terreno, lo que equivale a la superficie de Austria.

En Nueva Gales del Sur, los bomberos elevaron a 1.588 el número de casas destruidas, 672 de las cuales en lo que va de 2020, aunque advirtieron de que la cantidad aumentará a medida que se acceda a todas las zonas afectadas.

En Victoria, el jefe del gobierno estatal, Daniel Andrews, situó en al menos 200 el número de casas calcinadas, mientras que el gobierno de Australia del Sur dijo que el fuego quemó al menos 56 viviendas más en la isla Kangaroo, situada enfrente de Adelaida, donde el fin de semana murieron dos personas.

En total, el Consejo de Aseguradoras de Australia (ICA, en inglés) cifró este martes en 700 millones AUD (485 millones de dolares estadounidenses o 433 millones de euros) los daños acumulados desde septiembre, cifra que casi dobla la estimada a finales de 2019.

El gobierno federal anunció que prepara una línea de créditos sin interés de hasta 500.000 AUD (345.000 dólares o 308.000 euros) para ayudar a varios negocios a recuperarse de los daños.

La medida se dio a conocer un día después de que el primer ministro, Scott Morrison, anunciara una dotación de 2.000 millones AUD (1.388 millones de dólares o 1.243 millones de euros) para los próximos dos años para una nueva agencia dedicada a la recuperación de las zonas afectadas.

Morrison hizo el anuncio tras semanas de críticas por su falta de respuesta a los incendios, que se intensificaron el mes pasado tras irse de vacaciones a Hawaii (EEUU) sin avisar en plena crisis, y que le expusieron al rechazo de los vecinos de las zonas afectadas, que se negaron a darle la mano y le insultaron.

EVACUACIONES Y DETENCIONES

Mientras tanto, las autoridades esperaban culminar hoy la evacuación en Mallacoota, en el sureste del estado de Victoria, donde unos 4.000 residentes y turistas quedaron cercados por las llamas la semana pasada, con la salida de un barco de la Marina con las últimas 200 personas que solicitaron irse.

También en Victoria, la mejora de las condiciones permitió el regreso a sus casas de los vecinos que tuvieron que ser evacuados durante el fin de semana, si bien el jefe del gobierno estatal llamó a la población a permanecer alerta los próximos días.

En Nueva Gales del Sur, la Policía detuvo a 24 personas acusadas de provocar diversos incendios, mientas que medio centenar más fueron imputadas por diversas imprudencias como tirar colillas de cigarrillos mal apagadas. EFE

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