El presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó asesinar al general iraní Qasem Soleimani. comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, acción que se enmarca en las disputas geopolíticas en Oriente Medio.
Se recordará que EE.UU., con el apoyo de otros países, invadió Irak (2003-2011), bajo la justificación de que el gobierno de Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva, lo cual no se comprobó. Luego de la “victoria” de la coalición, el gobierno de Irak instaurado y tutelado por EE.UU., tuvo que hacer frente a la guerra civil entre sunitas y chiitas iraquíes y las acciones de Al-Qaeda, y más tarde la ofensiva del Estado Islámico que había ocupado parte del territorio iraquí y sirio, ante lo cual se dio una nueva intervención norteamericana (2014).
Por otra parte, Irán desde la retirada de EE.UU. de Irak (2011), acrecentó su presencia militar y política en ese país con las milicias proiraníes, y después, en 2014, cuando Irak tuvo que enfrentar la ofensiva del Estado Islámico, Irán multiplicó su asistencia y apadrinó la creación de las llamadas Fuerzas de Movilización Popular, que incluyeron al Hezbolá iraní. El estratega la expansión de la influencia iraní no solo en Irak, sino en Siria y otros países del Medio Oriente fue el general Soleimani.
Se recordará igualmente que en el 2015 el presidente de EE.UU., Obama y el de Irán, Rohani, suscribieron un acuerdo nuclear para evitar que Irán cree la bomba atómica, acuerdo que fue roto por el gobierno de Trump, con la complacencia de Israel y Arabía Saudita, lo cual generó una gravísima inestabilidad en una de las regiones más explosivas del mundo.
Por lo tanto, el asesinato de Soleimani, es parte de una guerra soterrada por el dominio geopolítico de Oriente Medio, una región muy rica en recursos petroleros y con una ubicación geográfica estratégica, acción que puede llevar a una escalada bélica en circunstancias que Irán ya anunció que se vengaría.
Finalmente hay que considerar que el presidente Trump se encuentra envuelto en un juicio político y en una carrera por su reelección, lo que habría incido para ordenar el asesinato del líder iraní, cuyo efecto fortalecería su posición política interna, pero pondría al borde la guerra a gran parte de la humanidad. (O)