Cuando Noemí Cevallos se interesó por la ilustración científica, en Ecuador no encontró a quien le pueda enseñar. En ese entonces tenía 20 años, vivía en Quito y pronto se convertiría en bióloga. Debido a la carencia de docentes buscó fuera del país, y supo que en la Universidad Nacional Autónoma de México podía aprender.
La institución mexicana, al revisar los pocos trabajos que había hecho Noemí, la becó para que curse un taller de dos meses. Noemí no habla de aprender a dibujar. Ella cree que con las técnicas básicas y, principalmente, saber observar, basta y sobra (el dibujo está en los detalles, dirá después).
Al regresar al país se enfocó en buscar profesores extranjeros, con la finalidad de traerlos al país para que dicten cursos sobre ilustración científica, mientras tanto, fue contratada por docenas de personas para que dibuje plantas y animales que luego serían publicadas en revistas de ciencia y acompañarían a artículos científicos.
“Algo que molestó mucho cuando recién empecé es que tanto los científicos como los artistas son muy reservados. El científico piensa que le vas a quitar su investigación y el artista piensa que te vas a quitar el trabajo o que le vas a copiar”, dice Noemí.
Al toparse con esa realidad, la joven que nació en Guayaquil, pero que vivió un poco más de 25 años en Quito, se convirtió en profesora ambulante. Y en ese vaivén llegó a Cuenca, en donde estableció una cafetería y un espacio para difundir lo que ella había aprendido.
Desde hace dos semanas, en uno de los espacios del recién inaugurado Museo de la Universidad de Cuenca, funciona Serendipia, una cafetería y un sitio para difundir el conocimiento con base a dos premisas: conocer para conservar, y el arte es capaz de hacer visible lo invisible.
“Uno no puede cuidar lo que no conoce. Y el arte es el puente que hay entre las personas y la ciencia, porque es muy difícil comprender la ciencia si no tienes un gráfico, si no tienes algo didáctico. Y mi interés es la educación ambiental”, dice Noemí.
Ya en el mes de diciembre se empezaron a compartir los primeros conocimientos en Serendipia, y este viernes habrá un primer conversatorio para diferenciar la ilustración científica y la ilustración naturalista. Además, quienes no conozcan de esas temáticas podrán hacer preguntas e involucrarse en el dibujo.
Mientras que el 25 y 26 de enero, se prevé que en Serendipia se lleve a cabo un taller de ilustración de fauna. Para ello, según Noemí, no se necesita ninguna experiencia con el tema, porque el objetivo de ella es enseñar a observar para luego plasmar lo visto. (AWM)-(I)