El 9 de enero del 2000, el Gobierno anunció la decisión de sustituir el sucre por el dólar estadounidense en la economía ecuatoriana. Esto ocurrió mientras el país vivía un profundo desequilibrio económico.
Los problemas los acarreaba desde 1995 con la guerra Ecuador-Perú; en 1998 con el fenómeno El Niño, el más fuerte de la historia debido a sus pérdidas; alrededor de 1999 la caída del precio del petróleo…
Entonces, la divisa norteamericana se convirtió en la moneda de curso legal, y se prohibió al Banco Central del Ecuador (BCE) a emitir nuevos sucres, salvo moneda fraccionaria.
El proceso de implementación de la dolarización inició con la fijación del tipo de cambio de 25.000 sucres por dólar, precio al que el BCE canjeó los sucres emitidos en dólares.
Con el cambio monetario sucedieron algunos hechos: se realineó el encaje bancario (porcentaje de depósitos recibidos que no puede ser usado) estableciendo una tasa única de 11% para sucres y dólares, se redujo el encaje exigido hasta alcanzar una tasa de 4% en enero de 2000 y se canjeó la moneda nacional.
En resumen, la dolarización tuvo tres fines: evitar una hiperinflación, estabilizar los precios y dar estabilidad económica a la Nación.
El catedrático Carlos Rivera, economista, considera que la dolarización ha sido extremadamente positiva, porque no solo nos salvó en momentos aciagos cuando los agentes económicos (personas naturales y empresas) no querían saber del sucre, y la relación sucre por dólar se depreció casi en un 200% entre 1998 y 1999.
Incluso, antes de la dolarización, los agentes económicos sustituyeron depósitos en sucres por depósitos en dólares; y, la banca privada reemplazó créditos en sucres por dólares, es decir, la dolarización formalizó lo que estos agentes ya tomaron como decisión: trabajar con dólares y sustituir una moneda que no era confiable y que les traía pérdida de riqueza y capacidad adquisitiva.
Pero ¿el Ecuador perdió su política monetaria? Rivera confirma que sí, pero aclara que no fue por la dolarización, sino por el abuso de la emisión inorgánica del sucre, es decir, era el castigo, el precio que debíamos pagar por haber abusado del sucre en el pasado.
Y esa pérdida de política monetaria, 20 años después, ha sido un activo (valor), dice, porque cuando han llegado al poder gobiernos extremadamente indisciplinados, que apostaban al gasto público excesivo, al endeudamiento, a no guardar coherencia entre el ingreso y el gasto público y a no preocuparse de las generaciones futuras, la dolarización fue el antídoto perfecto para el populismo económico.
¿Está segura la dolarización? como cualquier matrimonio, Rivera advierte que se puede romper por el uno o el otro cónyuge, es decir, la dolarización nos podría expulsar al país. Ningún empresario ni el Gobierno quieren abandonar este sistema; pero Rivera alerta que el desempeño de la dolarización depende en muy buena medida de la liquidez que circule en la economía ecuatoriana.
Y esa liquidez ya no se la imprime a través de un billete en el BCE, sino a través del superávit en la cuenta de capitales o la forma en la que estamos financiando el déficit en cuenta corriente, y eso es mediante inversión extranjera directa, de un endeudamiento a largo plazo y buenas tasas. (ACR)-(I)
Pocos ganadores…grandes perdedores
Los “pocos ganadores” de la dolarización fueron los “tenedores de dólares, que eran los banqueros y exportadores que comenzaron a cambiar sucres por dólares, a 25.000 sucres por dólar, después de una devaluación de 400% de la moneda nacional, respaldados por una política del gobierno de Mahuad, pero que también se habían beneficiado de otros gobiernos como Durán-Dahik y Bucaram”, según la investigadora de la Universidad de Cuenca, Nataly Torres, economista.
Y asegura que los “grandes perdedores” fue la población que tenía su “posición” en sucres, como sueldos fijos en sucres y luego deudas en dólares.
Se registró una elevación considerable de la pobreza y extrema pobreza, por lo que más de tres millones de ecuatorianos migraron.
En términos económicos, la dolarización trajo cierta estabilidad de indicadores, por citar un caso: la inflación del 91% en 2000 pasó a 9,4% en 2002 y otros.
Pero, Torres alerta “Ecuador hoy no es competitivo a nivel internacional y tiene serias dificultades de abandonar la especialización productiva en materias primas. Pese a aquello, hay un imaginario social dentro de la población ecuatoriana, pues el dólar ha otorgado un sentimiento de confianza y estabilidad económica”. (ACR)-(I)
Nataly Torres,
economista
“Con la dolarización, el Ecuador se convirtió en uno de los países más caros en América Latina; la economía se volvió dependiente del mercado externo, sin capacidad de establecer política monetaria y vulnerable a shocks”.
Carlos Rivera,
economista
“La dolarización no fue una medida de libre elección del Gobierno, hubo mucha incertidumbre y desconfianza en la moneda nacional, la intervención del BCE subiendo tasas de interés…no fueron suficientes”.
“Expulsión”
La dolarización nos puede expulsar porque este sistema depende de las condiciones de liquidez de la economía de un país y que, a su vez, depende del desempeño en el sector externo y la capacidad que el país tenga de que la cuenta de capitales, el financiamiento del déficit de cuenta corriente, venga a través de inversión extranjera.
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