Los ministros de Exteriores de la UE urgieron este viernes a rebajar la tensión con Irán para evitar «otra guerra» en Oriente Medio, y pidieron esperar a los resultados de la investigación sobre el avión civil accidentado en Teherán, pese a que algunos países apuntaron a que lo derribó un misil iraní.
«La región no se puede permitir otra guerra y pedimos urgentemente rebajar las tensiones y máxima contención a todas las partes», declaró el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, en una rueda de prensa al término de un Consejo extraordinario de ministros convocado para abordar esa crisis y el conflicto en Libia.
Una de las mayores preocupaciones de los ministros es el hecho de que el enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán se esté librando en Irak, donde Washington ordenó asesinar la semana pasada al general iraní Qasem Soleimaní, a lo que respondió Irán bombardeando bases utilizadas por fuerzas internacionales en territorio iraquí.
Esta crisis «pone en riesgo años de esfuerzos por estabilizar Irak», especialmente tras la derrota llevada a cabo por la coalición internacional liderada por EEUU del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Así, los ministros dieron a Borrell un «fuerte mandato» para llevar a cabo contactos diplomáticos con todas las partes, «incluido Irán», a fin de promocionar el diálogo político y velar por una solución regional.
«Tenemos que evitar que la espiral de violencia pueda crear una situación en Irak que puede ser muy peligrosa para todos nosotros y que puede destruir años de esfuerzos de reconstruir este país», enfatizó el político español, quien valoró el mantener abierto el canal de comunicación con Teherán cuando «hay otros actores que no quieren hablar con todos los otros actores».
En cambio, no hubo consenso entre los europeos sobre las causas del siniestro del vuelo 752 de Ukranian International Airlines (UIA), que se estrelló el miércoles cerca de Teherán con 176 personas a bordo sin que ninguna sobreviviera, pese a que países como Holanda llegaron a la reunión corroborando la teoría de EEUU y Canadá de que lo derribó por accidente un misil disparado por Irán.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que también fue invitado al Consejo, se inclinó igualmente por esa opción.
Borrell sin embargo señaló en la rueda de prensa que «todas las opciones están abiertas» y pidió dejar «a los investigadores que hagan su trabajo», al considerar «irresponsable» decantarse por una teoría u otra sin contar con toda la información.
«Tengo algunas noticias de lo que podría haber pasado, pero no con un grado de certidumbre que pueda compartir con ustedes», dijo.
En lo que la UE mantuvo su posición unánime fue en la defensa del acuerdo nuclear con Irán de 2015, que pide preservar, por lo que instó a Teherán a volver a sus compromisos.
Borrell recordó que, sin ese pacto, Irán «hoy sería una potencia nuclear», y declaró que «queremos salvarlo si es posible, porque renegociar uno nuevo -como había pedido el presidente de EEUU, Donald Trump- es un proceso muy complejo a nivel técnico que lleva mucho tiempo».
Los ministros también trataron la situación en Libia con el enviado especial de la ONU para ese país, Ghassan Salamé, y convinieron que la UE debe «implicarse más firmemente» en favor de una solución política en marco del proceso de Berlín, en referencia a los esfuerzos diplomáticos en los que han participado en esa ciudad diversos países.
Por ello, pidieron a Borrell presentar propuestas sobre cómo, en el caso de que en ese proceso se acuerde un alto el fuego, la UE podría contribuir a su monitorización así como al control del embargo de armas ya decretado sobre ese país por la ONU.
La UE está preocupada por la escalada militar en Libia, donde han entrado tropas turcas en los últimos días.
Turquía apoya al Gobierno libio sostenido por la ONU en Trípoli de Fayez al Serraj, que se ve acosado por las milicias del mariscal rebelde Jalifa Hafter, las cuales controlan grandes partes del país supuestamente con ayuda de mercenarios rusos. EFE