Defensa del agua

Análisis político Marco Salamea Córdova

Un nuevo momento en el proceso por la defensa de las fuentes de agua ha iniciado el Prefecto del Azuay Yaku Pérez, al presentar a la Corte constitucional la petición de calificación de dos preguntas, para la realización de una consulta popular provincial sobre la prohibición de la minería metálica en dichas fuentes.
Al respecto, la provincia del Azuay alberga en su territorio a bosques, páramos, lagunas y ríos, por lo que es una fuente importante de recursos hídricos. Sin embargo, estos recursos y el derecho al agua como un derecho humano fundamental podrían ponerse en peligro por la explotación minera, que se pretende realizar en las zonas de Qimsacocha y Rio Blanco; una explotación que se enmarca en el modelo económico extractivista, que ha sido defendido tanto por los Gobiernos neoliberales como por los autodenominados Gobiernos «progresistas».
Por otro lado, la actual Constitución de Ecuador en el título II referido a los derechos, y más concretamente en el capítulo II que trata sobre los derechos del “buen vivir”, establece que: “El derecho al agua es fundamental e irrenunciable. El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida”.
Adicionalmente, el artículo 406 de la Constitución establece que: “El Estado regulará la conservación, manejo y uso sustentable, recuperación, y limitaciones de dominio de los ecosistemas frágiles y amenazados; entre otros, los páramos, humedales, bosques nublados, bosques tropicales ecos y húmedos y manglares…”; amén de que, el artículo 407, establece la prohibición de la actividad extractiva de recursos no renovables en las áreas protegidas y en zonas declaradas como intangibles.
La seguridad del agua como recurso esencial para la reproducción de la vida se convierte, pues, en una de las prioridades de la política pública local y nacional; pero, también, debe ser una prioridad de toda la población para garantizar el acceso a dicho recurso a las futuras generaciones. De aquí la necesidad de promover espacios para una mayor sensibilización social en el tema del agua en la ciudad de Cuenca; pues todavía son, sobre todo, las comunidades de área rural las más participativas en la defensa de los recursos hídricos. (O)