Ecuador anunció que su famoso festival de la Fruta y de las Flores, que se celebra todos los años en la ciudad de Ambato, ha sido declarado «referente cultural» y «patrimonio inmaterial» de la región andina.
En una ceremonia en la sede del Parlamento Andino en Quito, se entregó al alcalde de esa ciudad, Javier Altamirano, el documento que acredita esa calificación por la «riqueza histórica, artística linguística y arqueológica» de la fiesta.
La decisión la tomó la Mesa Directiva del Parlamento Andino en una reunión el pasado 10 de diciembre en Panamá, mediante resolución número 27 y fue notificada este martes en rueda de prensa.
En el evento de hoy, Altamirano destacó que el Festival de su ciudad es «uno de los eventos que más ha unido a los ambateños con un sentimiento se solidaridad».
Situada unos 150 kilómetros al sur de Quito, en la provincia de Tungurahua, el festival atrae todos los años a decenas de miles de personas, principalmente de Ecuador, pero poco a poco ha ido ganando también peso en los circuitos turísticos internacionales.
Su origen, relató a Efe la concejala encargada Salomé Marín, se remonta al 5 de agosto de 1949, cuando un terremoto devastó la ciudad y los ambateños salieron a dar gracias.
«Nace de una desgracia. Un año y medio más tarde, el 17 de febrero de 1951, el Centro Agrícola Cantonal reunió a un grupo de amigos para hacer una feria, que da origen a lo que luego se constituyó como Fiesta de la Fruta y de las Flores», declaró.
«Se constituye para dar gracias a Dios por lo que quedaba en nuestra tierra después del terremoto. Las flores que alegraban a los ambateños dentro de su desgracia, y también para dar gracias por los frutos que nunca faltaron para nuestros habitantes», abundó.
Hoy, el festival es uno de los más populares del país, y este reconocimiento como referente andino impulsará su transnacionalidad.
En el marco de la fiesta, a la que la Alcaldía dedica 1,15 millones de dólares, un 45 % de su presupuesto patrimonial, se celebra un tradicional pregón, la elección de la reina, la bendición de flores y frutas, y dos desfiles (incluida la llamada «ronda nocturna»), además de un festival internacional folclórico.
Todo ello se suma a una larga serie de eventos privados y públicos, hasta sesenta, que hacen de Ambato la capital folclórica de Ecuador durante los meses de febrero y marzo, en coincidencia con el Carnaval, si bien en Ambato adopta un carácter mucho menos mundano y más cultural.
Con dos bailarinas típicas a sus espaldas, Altamirano destacó que se trata de una fiesta que «está evolucionando sin perder su esencia», para volver a recuperar sus raíces populares en los barrios de la ciudad.
«Es una fiesta que nace del pueblo y se mantiene en el pueblo para celebrar lo que tenemos», manifestó Marín al destacar que toda la ciudad se hace parte de la misma.
Rosi Prado, la ministra de Turismo de Ecuador, que también participó en el acto y que es natural de esa ciudad, destacó que en 2009 el festival ya se había sumado al patrimonio del Estado, y su internacionalización a través de este nuevo reconocimiento a nivel andino servirá para impulsar el turismo.
«Más arribos, más empleos», subrayó la ministra, que recordó que el festival ya está ganando trayectoria internacional.
La pasada edición de 2019 el festivo generó unos ingresos estimados de una decena de millones de dólares, y en 2018 fue objeto de exposición en la feria de turismo de Madrid, FITUR. EFE