La violencia empaña la ejemplar revuelta libanesa tras 95 días de protestas

Los disturbios que en los dos últimos días han dejado en Beirut cientos de heridos, tanto manifestantes como agentes de las fuerzas de seguridad, ha empañado la hasta ahora pacífica revuelta libanesa, que comenzó el pasado 17 de octubre.

Por segunda noche consecutiva, el centro de la capital ha sido este domingo escenario de enfrentamientos, que han obligado a trasladar a 38 personas a hospitales de la zona y a otras 52 a recibir tratamiento médico in situ, según los últimos datos ofrecidos por la Cruz Roja libanesa en su cuenta de Twitter.

Las nuevas víctimas elevan a 400 los heridos en tan sólo dos noches de violencia, después de que los choques entre manifestantes y los antidisturbios se saldasen el sábado con 170 hospitalizados y 140 atendidos por los servicios de emergencias, según la citada organización.

Las Fuerzas de Seguridad Interna informaron hoy de que 142 de sus miembros sufrieron heridas la pasada noche, incluidos siete oficiales, y tres casos graves que presentan fracturas.

Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), el sábado los manifestantes lanzaron piedras, bengalas y cócteles molotov contra los uniformados, que a su vez emplearon gases lacrimógenos, pelotas de goma y cañones de agua para dispersarlos y evitar que se aproximaran a los accesos del Parlamento.

La ministra de Interior en funciones, Raya al Hasan, afirmó hoy en Twitter que mantiene el contacto con el comandante del Ejército Joseph Aoun, quien elogió el trabajo de los cuerpos militares y de seguridad en esta «delicada etapa» y aseguró que «continúa la coordinación para mantener el orden» en las calles del Líbano.

El sábado por la noche, efectivos del Ejército consiguieron poner fin a los enfrentamientos entre manifestantes y policías, como ya ha ocurrido anteriormente en las protestas libanesas cuando los militares han tenido que intervenir para aplacar los ánimos y controlar la situación.

«Estamos en una escalada y ha acabado el movimiento pacífico de hace más de un mes; ahora es el momento perfecto», aseguró a Efe Ali Samadi, un estudiante universitario de 25 años.

Y agregó: «Hemos estado en las calles durante más de 90 días y al Gobierno no le importa lo que digamos o hagamos, así que si no escuchan nuestra voz sentirán nuestra rabia».

El joven también auguró una campaña de arrestos y más violencia en las calles si no se forma un nuevo gabinete, misión encargada a Hasan Diab a finales de diciembre tras la dimisión de Saad Hariri por la presión de las manifestaciones populares.

Otro manifestante y también estudiante de 23 años, Yad Haidar, responsabilizó de la violencia a la ministra de Interior y al general Emad Othman, director general de las Fuerzas de Seguridad Interna, porque «fueron los que dieron las órdenes» de actuar con la fuerza.

«Hemos expresado nuestras demandas claramente pero ellos nos han ignorado… Teníamos que mandar un mensaje», afirmó dirigiéndose a la clase política contra la que han estado protestando durante 95 días y a la que culpan de la crisis económica que sufre el país.

«Lo que hacemos es levantarnos contra los bancos que nos han robado durante años y (contra) aquellos que están en el poder y no les afacta la crisis», agregó el joven.

Este domingo fueron convocadas nuevas marchas bajo el lema «No hay vuelta atrás», pero la lluvia y la violencia de la víspera ahuyentó a la mayor parte de los participantes y sólo unas decenas de personas volvieron a concentrarse frente al Parlamento.

Las Fuerzas de Seguridad Interna pidieron a los «manifestantes pacíficos» que mantengan el carácter no violento de las protestas y eviten que «los agitadores» prosigan atacando a los antidisturbios, que en la tarde del domingo emplearon cañones de agua pero negaron haber lanzado gases lacrimógenos.

Por su parte, Human Rights Watch denunció que el sábado por la noche los antidisturbios «lanzaron gases lacrimógenos (directamente) a las cabezas de los manifestantes, pelotas de goma a sus ojos y atacaron a personas en hospitales y mezquitas».

«Los eventos de la pasada noche demuestran la necesidad urgente de que las autoridades pongan fin a la impunidad de los abusos policiales», agregó la ONG en un comunicado. EFE

REM

REDACCION EL MERCURIO

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