El cálculo hecho en el 2018 para el planteamiento de una demanda de lucro cesante al Estado por parte de los frentistas del tranvía, alcanzó los 700’000.000 dólares. Las perdidas acumuladas desde entonces pueden sumar 300’000.000 más a una cuenta que supera la de la propia construcción del sistema valorada en 275’000.000 de dólares.
La reactivación económica anunciada con la llegada del tranvía no llega a sectores como la antigua Zona Rosa, la Avenida de las Américas y la zona oeste del Centro Histórico, explica Consuelo Orellana, veedora y frentista de la obra.
La evidencia de lo que dice Orellana salta a la vista en zonas como el redondel Simón Bolívar, en el sector conocido como “la bomba Eloy Alfaro” donde los letreros de ‘se arrienda’ o ‘se vende’, que cuelgan de mallas y ventanas son el reflejo de lo que el tranvía dejó a su paso por esta zona.
Martha Argudo, quien vive cerca de la zona sostiene que, por ejemplo, en el edificio de ‘Multicomercios Eloy Alfaro’ los arrendatarios van y vienen sin encontrar estabilidad. “No hay ningún negocio que dure porque no hay quien compre” asegura.
Un poco más adelante, en la Gran Colombia entre la Unidad Nacional y la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús el panorama también luce vacío. Aquí se suman los reclamos de los propietarios de edificios que han visto caer las posibilidades de arriendo puesto que los bordillos del tranvía hacen que acceder a los parqueaderos sea tarea difícil.
Los vecinos de la zona del ‘Sagrado Corazón de Jesús’ piden al Municipio que se les permita usar las veredas para la instalación de cafeterías y restaurantes, “una especie de bulevar que reactive el comercio que antes había aquí” indica Patricio Tapia, uno de los moradores.
Hacia el centro, entre la Octavio Cordero y la Juan Montalvo, las esperanzas de reactivación económica son pocas. Luis Delgado, frentista de la zona, indica que las restricciones para el paso de vehículos han hecho que los comerciantes se alejen de la zona. “Se vinieron las obras y la gente huyó, es difícil que regresen a poner un negocio en un sector en el que no se vende nada” afirma.
Estas historias se repiten en varios tramos de la obra que dejó pérdidas cuantiosas para los frentistas, deudas y quiebras de las que muchos aún no se logran recuperar.
Planteamientos
Los frentistas tienen pedidos específicos para que su situación económica mejore señala Orellana. El primero es una operación comercial pronta y efectiva que devuelva el tránsito de personas por las zonas afectadas. “Es una medida urgente” indica.
Los frentistas requieren además que el Municipio active las exoneraciones de impuestos para los afectados por las obras civiles, esto para reducir las deudas que mantienen con entidades públicas y privadas.
El tercer pedido es la apertura de líneas de crédito que no tengan como requisito el estado en el buró de crédito y que se destinen a refinanciar deudas. “No hemos tenido más que perdidas, es imposible estar con una calificación alta en el buró, tampoco queremos líneas de crédito para nuevos negocios, queremos rescatar lo que nos queda” asegura Orellana.
Ordenanza de reactivación
El Concejo Cantonal tiene en sus manos la ordenanza sobre el uso de suelo y espacios públicos de la antigua Zona Rosa y el sector del ‘Sagrado Corazón de Jesús’. La normativa, que es una reforma a la norma ya existente para la ciudad, da permiso para instalar un bulevar en el sector.
El proyecto, que ha sido elaborado con los aportes de los vecinos del sector, permitirá que se coloquen mesas, sillas y sombrillas en la vereda, esto para mejorar la clientela de los locales de comida de la zona e incentivar el turismo.
La normativa es socializada por el momento y se llevará al seno del Concejo para su aprobación junto con las reformas a la ordenanza de operación del tranvía. (JMM) (I)