La crisis migratoria de Centroamérica obedece a crisis por modelo de consumo

El intento de unos 5.000 migrantes centroamericanos por ingresar a la fuerza a México, de paso hacia Estados Unidos, y la respuesta oficial de detenerlos, refleja la triste situación de pueblos obligados a huir a causa de un modelo de consumo y producción en crisis.

Esa es una de las conclusiones que surgió del debate en un encuentro de organizaciones de la sociedad civil de varios países latinoamericanos, que se realiza en Quito de forma paralela al XII Foro Mundial de Migración y Desarrollo de Naciones Unidas, que se inaugura mañana, martes, en la capital ecuatoriana.

La situación en la frontera sur de México con Guatemala «es muy triste», porque son miles de ciudadanos empobrecidos de Centroamérica los que quieren llegar a Estados Unidos y que huyen de situaciones precarias en sus propios países, aseguró a Efe Ray Schellinger.

Este religioso de las Iglesias Bautistas Americanas, que trabaja en favor de migrantes en la ciudad mexicana fronteriza de Tijuana, participa en Quito en el llamado «Encuentro Alternativo» al Foro Global sobre Migración.

La situación en la frontera sur mexicana, opinó Schellinger, se debe al poder que ha ejercido el Gobierno estadounidense sobre varios países centroamericanos para impedir que los migrantes lleguen a su territorio.

«Ese fue un deseo del presidente Donald Trump» y es por eso que Estados Unidos «está usando el poder económico» para cumplir el deseo del mandatario de «cerrar las fronteras» e impedir el ingreso de los migrantes, añadió.

«Es muy triste, porque no se ven las causas por las que la gente emigra», que son las mismas por las que «van a haber muchos más millones de personas» en situación de movilidad en el futuro, agregó Schellinger.

Se lamentó de que este tipo de situaciones se dé también en Europa, que también ha puesto barreras a la entrada de inmigrantes de países de Oriente Medio o Africa.

En el llamado «Encuentro Alternativo», que reúnen a activistas bajo el lema «Nada sobre migrantes, sin migrantes», también se hizo un fuerte llamamiento al Foro Global sobre Migración y Desarrollo para que acoja de mejor manera las iniciativas y propuestas de los sectores de la sociedad civil.

Por ejemplo, los activistas han planteado que se discuta sobre «la criminalización» de la inmigración que, según señalaron, no consta en el temario de discusión del Foro.

Asimismo, han propuesto que se discutan capítulos relacionados con «los problemas de género y la trata de migrantes», «la migración, el retorno y la remigración» y sobre «la crisis climática, cuya causa es el sistema económico, el modelo de consumo y de producción» que rige en el planeta.

Uno de los expositores, el ecuatoriano Eduardo Baldeón, de la Asociación de Familiares y Migrantes, dijo que es «indispensable que haya un nuevo enfoque sobre el fenómeno de la movilidad humana» en el mundo, dado el nivel de crisis económica y social que afecta a grandes regiones del planeta.

«El presente siglo va a ser testigo de los mayores flujos de migración que ha visto la humanidad a lo largo de la historia», por lo que «debemos hacer frente a esta situación», mencionó Baldeón en una rueda de prensa del «Encuentro Alternativo».

«La solución no es cerrar la frontera o criminalizar a los migrantes» pues, tal como se encuentra la situación, «los Estados no tienen capacidad de dar soluciones efectivas» si no toman en cuenta la voz de los propios migrantes, agregó.

Planteó, por ejemplo, discusiones para promover políticas contra la discriminación, los derechos sociales y laborales, así como el desafío del retorno.

Sobre este tópico, Schellinger recordó que en Ecuador se ha propuesto que toda formulación de políticas migratorias y de retorno se establezcan sobre el principio de «reciprocidad y retribución» a los migrantes, porque ellos han ayudado a sostener la economía del país durante décadas, gracias al envío de remesas. EFE

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