La oposición demócrata pidió este miércoles que el Senado de Estados Unidos destituya al presidente Donald Trump por su «corrupta» presión a Ucrania y sus intentos de encubrirla, al advertir que el mandatario podría buscar nuevas injerencias extranjeras en las elecciones presidenciales de noviembre.
En la segunda jornada del juicio político a Trump, los siete congresistas demócratas de la Cámara Baja reconvertidos en «fiscales» del proceso de destitución iniciaron su alegato contra el presidente, que podría extenderse hasta el viernes.
«Van a escuchar pruebas muy contundentes del plan corrupto del presidente Trump y de su encubrimiento», dijo al comenzar la sesión el jefe de los «fiscales», Adam Schiff, que preside el Comité de Inteligencia de la Cámara Baja.
SIN GARANTÍAS DE «UN VOTO JUSTO EN NOVIEMBRE»
El «fiscal» jefe pidió «condenar» a Trump y destituirle por su abuso de poder y obstrucción del Congreso, los dos cargos de los que la Cámara Baja ha acusado al presidente en relación con sus presiones a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en noviembre, el exvicepresidente Joe Biden.
«La negligencia del presidente no puede evaluarse en las urnas (en noviembre), porque no podemos garantizar que ese voto vaya a ganarse de forma justa», y sin interferencias extranjeras solicitadas por Trump, opinó Schiff.
El congresista argumentó que al buscar la ayuda de Ucrania para reforzar su campaña de reelección y negar la presunta interferencia de Rusia en los comicios de 2016, Trump demostró que está dispuesto a saltarse las normas electorales de EE.UU., y podría aceptar nuevas injerencias extranjeras para lograr un segundo mandato.
Otra «fiscal», la congresista latina Sylvia García, reforzó esa idea al reproducir en el pleno del Senado parte de una entrevista que Trump concedió el pasado junio a la cadena ABC, y en la que dijo que no vería «nada malo en escuchar» una hipotética información sobre sus rivales que pudieran ofrecerle países como Rusia o China.
Schiff acusó a Trump de haber «socavado la integridad de las elecciones» de Estados Unidos al condicionar la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a su exigencia de que Kiev investigara a Biden.
«(Trump) negó ayuda militar a un aliado estratégico que estaba en guerra con Rusia, y lo hizo con el fin de lograr ayuda extranjera para su reelección, en otras palabras, para hacer trampas», subrayó.
La Casa Blanca niega que retuviera la ayuda militar a Ucrania para forzar a Kiev a investigar a Biden, pero varios testigos en la investigación de la Cámara Baja han afirmado que ese fue el motivo del retraso en la entrega del dinero, que solo fluyó a Kiev una vez que el caso llegó a oídos de los congresistas.
BRONCA POR LOS TESTIGOS
La oposición demócrata cree que no podrá llegar al fondo del caso hasta que no escuche a dos testigos clave de las presiones de Trump a Ucrania: el exasesor de seguridad nacional John Bolton y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney.
Esa petición suscitó un largo y bronco debate en la primera jornada del juicio político, que concluyó con una riña del «juez» del proceso y presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, para restaurar el decoro en la Cámara Alta.
Finalmente, la mayoría republicana en el Senado aplazó hasta la semana que viene el debate sobre si se convocan nuevos testigos, la única esperanza de los demócratas para atraer algún voto en un proceso que promete terminar en la absolución de Trump, dado que se necesitaría una amplia mayoría de dos tercios para destituirle.
«Esperamos que los senadores sientan más presión (para convocar testigos y exigir más documentos) ahora que la atención del país está más centrada que nunca en este tema», afirmó este miércoles Chuck Schumer, el líder de la minoría demócrata en el Senado.
Schumer descartó, sin embargo, la posibilidad de «intercambiar testigos» con los republicanos, que han sugerido la idea de permitir una comparecencia de Bolton si también testifica Biden: «Eso está fuera de la mesa», zanjó el senador.
El propio Biden rechazó también la posibilidad de participar en ese trato por considerar que alimentaría el «teatro político», mientras que Trump insinuó que prefiere que Bolton no comparezca.
«Hay un problema de seguridad nacional con John (Bolton). Él sabe lo que pienso de los líderes. ¿Qué pasa si revela lo que pienso sobre algún líder y luego me toca lidiar con eso? Va a ser muy difícil. Sabe muchas cosas, y no sé si acabamos en muy buenos términos», dijo Trump en una rueda de prensa en Davos (Suiza). EFE