Cocinas a inducción, embodegadas

PROCESO


Jhonatan Sánchez, obrero del área de ensamblaje, sigue con la producción de cocinas a gas. ACR

A la presente fecha, la empresa cuencana Indurama registra 4 millones 700 mil dólares en pérdidas. Esto debido a las cocinas de inducción y por dos razones: tiene un inventario de 2 millones 400 mil dólares en producto terminado y materias primas embodegadas, y 2 millones 300 mil dólares es la cuenta por cobrar al anterior gobierno de Rafael Correa.

Fue en agosto de 2013 cuando el régimen de Correa implementó la idea de cambiar cocinas a gas por las de inducción. Y, con el Ministerio de Industrias, aseguró que impulsaría la producción nacional de estas cocinas eléctricas con algunas empresas ecuatorianas.

Situación actualmente

El gerente de Indurama, Horst Moeller, ecuatoriano, informa que con el actual gobierno están haciendo los esfuerzos necesarios para recuperar la cartera que aún está pendiente de pago; pero siguen en conversaciones.

Mientras tanto, ese total de 4 millones 700 mil dólares afecta al capital de trabajo de la compañía, al flujo de caja de la empresa que actualmente genera a nivel nacional (matriz en Cuenca y oficinas administrativas en Quito y Guayaquil) 1.800 empleos directos.

En 2018, Indurama ya observó la caída en ventas de las cocinas de inducción, pese a todas las ofertas que pusieron por el Día de la Madre y Navidad, pero el consumidor optó por las cocinas a gas.
Dos factores incidieron para esta posición del comprador, según Moeller: la eliminación del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) a las cocinas a gas. Entonces las cocinas de gas volvieron al precio normal de años atrás.

El otro factor, la competencia de la importación de cocinas chinas más baratas que hizo el mismo gobierno correísta, que incluso la financió, y la no eliminación del subsidio al gas.
El gran objetivo del régimen anterior era que 3,5 millones de casas en este país usen inducción hasta 2018, pero hasta diciembre de ese año extraoficialmente se conoció que hubo 788 mil cocinas de inducción vendidas en el territorio nacional, de las cuales aproximadamente 597 mil eran con financiamiento estatal.

Ante este panorama, Indurama no se quedó de brazos cruzados para que esos 4 millones 700 mil dólares no le afecten en su balanza. A finales de 2018 y 2019 fortaleció otros segmentos de su producción (refrigeradoras, lavadoras y más) y sus ventas crecieron un 13%.

Además, en noviembre de 2019 incursionó en la venta de televisores con su marca Indurama, aunque todos importados de China, excepto el de 50 pulgadas que es ensamblado en Cuenca.

Y para no dejar “en el olvido” las cocinas de inducción, les dio un cambio total. Están comercializando las encimeras de inducción (las planchas) a un mercado de Quito, en donde con ciertas regulaciones municipales de construcción por asuntos de seguridad, están obligando a constructores a poner cocinas a inducción.

Entonces, la industria cuencana está transformando las cocinas de inducción de piso a encimeras. Obviamente en este proceso -confirma el gerente- hay una pérdida promedio, pues están desarmando algunas y utilizando solo ciertos componentes para armar las encimeras. Y, él sabe que es un mercado que se está desarrollando. (ACR)-(I)

Incentivo tarifario

El objetivo del anterior gobierno, de colocar en el país una mayoría de cocinas a inducción no le resultó, pese a que incluso hubo un incentivo tarifario (aplicado a la planilla y al medidor eléctrico) para quienes usaban estas cocinas, a nivel nacional, es decir, el incentivo era no pagar en las planillas de luz por el consumo de hasta 80 kilovatios (KW).
El incentivo implicó tarifa cero al consumo de excedentes de energía de hasta 80kWh/mes.
Este subsidio que daba el gobierno a quienes usaban cocinas, duchas y calefones eléctricos. El Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables fue el designado para controlar si la persona utiliza la referida cocina o la de gas. Incentivo sigue vigente, actualmente. (I)

“Cambio
de estrategia”

En varios almacenes de Cuenca ya no se observa la colocación predominante de los modelos de artefactos eléctricos.

Como se recordará, fue a finales de 2015 cuando comenzó el boom de la venta de estas cocinas de inducción chinas, y no solo en comercios, sino en la Empresa Eléctrica Centrosur.

Entonces, la producción nacional de estas cocinas entró en una etapa de declive, estos productos perdieron notoriedad en el mercado ecuatoriano.

Hasta hoy, fabricantes de línea blanca ecuatorianos siguen responsabilizando al anterior gobierno por la situación actual, ante todo por su importación de producto chino.

Correa, en su acostumbrada “sabatina”, un 27 de agosto de 2016 señaló que ya no importaría estas cocinas, pero no dijo que esta decisión se deba a que fracasó su comercialización, sino dio otros motivos:

“No es que no funcionó sino que cambiamos de estrategia, porque las cocinas chinas las traíamos y financiábamos nosotros, y ante los problemas de liquidez hemos dicho: bueno, vamos a impulsar la producción local que con la cual quisimos iniciar pero muchos empresarios se burlaron de nosotros, no cumplieron los acuerdos y cuando los cumplieron vendieron las cocinas carísimas”.

Acotó “cuando empezamos directamente como gobierno a importar cocinas chinas mucho más baratas, tienen que bajar sus precios, tienen que ser mucho más eficientes, ahora que cambiaron las condiciones económicas no vale la pena seguir importando como gobierno cocinas chinas”.

La buena noticia, según dijo, es que a agosto de 2016 “ya tenemos medio millón de cocinas de inducción, esto se va a imponer por cuestiones de mercado…”, lo que jamás ocurrió. (ACR)-(I)

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