Los cancilleres de los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Celso Amorim y Jorge Taiana, consideran que, pese al avance del neoliberalismo en América Latina, las fuerzas progresistas aún pueden derrotarlo y hacerlo retroceder.
Así lo dijeron en un debate en el que participaron este sábado en Río de Janeiro en el marco del «Festival PT 40», un evento para conmemorar los 40 años del nacimiento del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil en el que también está prevista la participación de Lula y del expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica.
Taiana, que asumió como senador en Argentina en el lugar de Cristina Fernández, elegida vicepresidenta, afirmó que la victoria de Alberto Fernández en las elecciones presidenciales argentinas del año pasado tras cuatro años de mandato de Mauricio Macri es la mayor demostración de que el neoliberalismo puede ser derrotado.
«No creo que el neoliberalismo esté totalmente implantado en América Latina. Creo que somos un territorio en disputa y que el vencedor saldrá de los próximos movimientos», afirmó Taiana ante unos dos mil militantes del PT, el mayor partido progresista de América Latina y del que Lula fue uno de sus fundadores.
Taina afirmó que Argentina puede ser usada como ejemplo por los otros países de la región para que las fuerzas progresistas puedan sustituir gobiernos que están implantando un modelo económico neoliberal al extremo.
«Gobernamos 12 años y nos derrotaron. Y lo primero que aprendimos y que los otros partidos de izquierda tienen que aprender es que, tras una derrota electoral, hay que levantarse y seguir luchando. Gracias a eso cuatro años después de la derrota conseguimos vencer a ese mismo Gobierno que nos había apartado», afirmó Taiana, que fue ministro de Exteriores de Argentina entre 2005 y 2010.
Agregó que esa remontada exige la unidad de las fuerzas progresistas, pero no sólo de los partidos sino de todo las fuerzas, incluyendo movimientos sociales y sindicatos.
Igualmente, dijo, exige establecerse como objetivo central la lucha contra la desigualdad, que se ha ahondado en América Latina como resultado del avance del modelo neoliberal.
Según Taiana, es importante frenar el neoliberalismo para impedir la llegada al poder de movimientos de extrema derecha que surgen en todas partes y que se aprovechan precisamente de la crisis del Estado de bienestar.
«Esos movimientos de extrema derecha tienen éxito gracias a la exaltación de la salvación individual. Ellos nos dicen que serán salvadores de cada uno de nosotros. Y ese mensaje ha calado en muchos sectores», dijo.
«Vine aquí a Brasil a decirles que sí es posible derrotar el neoliberalismo, que sí es posible superar las diferencias y que sí es posible construir una victoria que lleve al progreso del pueblo», agregó tras recordar que el PT igualmente gobernó Brasil por 13 años y fue derrotado por el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, pero ahora se levanta contra el neoliberalismo y la extrema derecha.
Amorim, que fue ministro de Exteriores de Brasil entre 2003 y 2010, afirmó que lo ocurrido en Argentina es «motivo de esperanza» no sólo para los argentinos sino para los brasileños y todos los latinoamericanos.
«La derrota del neoliberalismo por un proyecto de esperanza social es motivo de esperanza para todos», dijo.
Aseguró que América Latina vive un momento complejo por el avance del neoliberalismo, que ha generado protestas en países como Chile y hasta un golpe de Estado como el ocurrido en Bolivia, pero que procesos como los ocurridos no sólo en Argentina sino también en México, con la elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente, son motivo de esperanza para los otros países.
«Pero para eso tenemos que estar unidos y ofrecer una alternativa a la extrema derecha», aseguró.
Según Amorim, la extrema derecha y el neoliberalismo llegaron al poder en Brasil por presiones no sólo de sectores empresariales sino de intereses de otros países, como Estados Unidos.
Agregó que esos mismos sectores e intereses provocaron el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales.