La Sinfonica difunde a Salgado y Beethoven

Una tercera presentación del proyecto musical Beethoven-Salgado protagonizó la Orquesta Sinfónica de Cuenca, la noche del viernes, en el teatro Pumapungo, con la sinfonía número 3, “en estilo rococó”, de Luis Humberto Salgado, destacado compositor ecuatoriano de música académica y también la tercera, llamada “Heroica”, de Ludwing van Beethoven.

La ejecución de la primera obra empezó con suaves movimientos de los instrumentos de cuerda, un compás de cinco notas que luego replicaban la orquesta, por momentos entraron en acción los violinistas sin usar el arco, había un atractivo efecto de las cuerdas, el arpa y campanillas.

Unos tonos agudos como el piar de aves, pizzicatos (pellizcos) en las cuerda de los violines, antecedieron a los que que se escuchó como una marcha en el primer movimiento. El segundo movimiento se caracterizó por una solemnidad sentimental; el tercero fue festivo, casi bailable, marcado por los violonchelos, la percusión y los contrabajos.

La orquesta fue conducida por su director Michael Meissner, quien dirigía, además de la batuta, con movimientos corporales. Un chelo, una viola, empezaron el cuatro movimiento, el arpa, la percusión, una trompeta, lo protagonizaron. Una instrumentación “extravagante” en la que el compositor previó el clavecín y la celesta, con modelos del rococó y barroco, escribe Meissner.

La sinfonía de Beethoven se caracterizó por una entrada impetuosa en la ejecución de los instrumentos, con un bloque de notas que se repetían como motivo principal.

El segundo movimiento fue una marcha fúnebre con fuertes trompetas. En el tercero hubo una interpretación muy acelerada, especialmente de los primeros violines. El final, emotivo, como una marcha de soldados, vibrante y heroica.(AVB)-(I)