Un total de 92 privados de la libertad fueron trasladados en las últimas horas hasta el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Turi, ubicado al sur de Cuenca. Los reclusos provienen de tres cárceles: 76 de Babahoyo, provincia de Los Ríos; 14 de Riobamba, provincia de Chimborazo; y, dos de Machala, provincia de El Oro.
El grupo más numeroso arribó ayer, alrededor de las 07:30. Los privados de la libertad procedentes del CRS Babahoyo llegaron en buses custodiados por la Policía Nacional.
Luego de un registro ellos fueron llevados a las celdas, de acuerdo con su grado de peligrosidad. La Policía señaló que la mayoría de reclusos recién llegados corresponden a pabellones de mediana seguridad.
Diego Coba, jefe de la Unidad de Policía que custodia el CRS Turi, indicó que el traslado se dio mediante oficio del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).
También detalló que con los recientes traslados suman un total de 2.771 privados de la libertad que permanecen en las celdas del CRS Turi. Sostiene que en este centro aún no hay hacinamiento.
La institución del orden informó que en los traslados de internos en la custodia participan unidades élite, entre estas, el Grupo de Intervención y Rescate (GIR), Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO).
De igual forma, la Policía indica que se han reforzado los controles internos y externos para evitar el ingreso de objetos prohibidos para los prisioneros.
En varias ocasiones ha sido cuestionada la seguridad y el proceso de rehabilitación social, teniendo en cuenta que hay presos que tienen acceso a celulares, sustancias, armas, licor y servio de internet. Además de la existencia de bandas que desde las celdas lideran la comisión de delitos.
Las autoridades han analizado las formas utilizadas para el ingreso de objetos prohibidos al CRS Turi; entre estas, las visitas que llevarían objetos ocultos en las partes íntimas. Se ha mencionado que la infraestructura del CRS no es muy adecuada en ciertas áreas, debido a que hay paredes bajas y esto permite que desde la calle pública se lancen los denominados “bombazos” o envolturas que contienen objetos o sustancias.
También se analiza la posibilidad de que algún funcionario estuviera involucrado en ingresar objetos prohibidos. Hace pocos días se registró el caso de una agente de Seguridad Penitenciaria que habría intentado ingresar de forma camuflada un total de 39 chips de teléfonos. (KOQ)-(I)
La percepción ciudadana ante el traslado de privados de la libertad a la cárcel de Cuenca es que se incrementa la inseguridad.