Tomar el nombre…

Simón Valdivieso Vintimilla

Tomar el nombre de Dios en vano, es pecado, sonríe la abuela de la casa. El segundo mandamiento de la ley de Dios prohíbe abusar del nombre de Dios, es decir, todo uso inconveniente de su nombre. Y es que traemos la frase bíblica a colación porque consideramos oportuno para lo que sucedió la mañana de este lunes de febrero cuando escuchamos al presidente de la CONAIE autocalificarse como el “segundo mandatario” del Ecuador.
Y frente a la pregunta de un periodista ¿Y el segundo Presidente del Ecuador quién es? es Jaime Vargas presidente de la nacionalidades del Ecuador, contestó. Pronunciamiento que ha muchos les puso los pelos de punta y ha causado variadas reacciones porque como dice la abuela de la casa, parafraseando la cita bíblica, no es prudente tomar el nombre del pueblo. Y eso lo ha hecho.
Y claro al ciudadano Jaime Vargas ningún ecuatoriano lo ha elegido en proceso electoral alguno como mandatario del Ecuador. Ha sido reconocido como presidente de una organización social que representa a la población indígena de nuestro país, porque el Ecuador es un estado intercultural y plurinacional que reconoce a las lenguas ancestrales y fomenta su conservación y uso; pero eso no quiere decir que Jaime Vargas sea el segundo presidente del Ecuador, lo que querría decir que estamos frente al nacimiento de un nuevo estado.
Y es que hoy, comenta la impertinente abuela de la casa, amanecimos con dos presidentes, en menos que cante un gallo. Ecuador entonces desde la mañana del lunes 17 de febrero de 2020 es bicéfalo. Dos presidentes en un mismo territorio. Uno elegido en por votación popular y el otro autoproclamado sin beneplácito popular, pues nos recuerda la abuela de la casa, que la voz del pueblo es la voz de Dios, pero el señor solito ha hablado en nombre de un pueblo que no se siente representado porque no se lo ha escuchado en las urnas. (O)