Carnaval familiar y amiguero

Encuentros más cercanos prevalecieron sobre eventos públicos en Cuenca; carreteras interprovinciales estuvieron cuidadas por CTE; los parques lineales por la Policía Nacional

Los eventos, fiestas y desfiles de los primeros días carnavaleros se transformaron, este Lunes de Carnaval, en momentos para el encuentro familiar y entre amigos, tanto en el espacio particular como en el público. Mientras, por cientos, unos afluían a las fiestas carnavales fuera de la ciudad, otros, de los que se quedaron, aprovechaban, por ejemplo, los parques lineales para su festejo.

Bajo el sol del mediodía, en el parque lineal del Colegio Garaicoa, en el verdor de las orillas del río Yanuncay y el rumor del agua, la familia Monge se congregó para la “cuyada”: mientras los adultos asaban en las brazas cinco cuyes en sus cangadores, los niños jugaban.

Cerca, un grupo de señoras amigas del barrio Curiquingue, preparaba un asado. En esto o en lo otro “somos muy unidas”, dijeron. Los días anteriores fueron para la familia, ahora para las amistad, la misma que les impulsaba a jugar carnaval con el hollín del carbón, hasta que los rostros quedaron como camuflage de soldado. Para preparar los alimentos algunos llevaron inclusive la cocina con su cilindro de gas, lo importante era estar y departir en familia.

En el cauce del río, niños y jóvenes, especialmente, utilizaron los remansos y chiflones para nadar, para mojarse. Desde una gran piedra, los chicos se lanzaban clavados o se zambullían en las aguas tranquilas que formaban pequeños estanques.

Día de sol para el agua, para los chisguetes, para el rito de mojarse, junto al río, junto a la casa o el negocio, como hizo la familia de la Torre: unas doce personas, niños, niñas, muchachos y adultos juveniles se tomaron la esquina de la padre Aguirre y Córdova, en San Francisco, para combatir con carioca, chisguetes, agua; una piscina inflable era una simbólica “cámara de tortura”.

Las piscinas inflables estaban de venta en parques, carreteras de salida de la ciudad o en mercados. Junto al mercado 12 de Abril, Maricela Ponce las ofertaba por 28,38 y 48 dólares, había vendido tres y esperaba hacerlo con el resto.

Este Lunes de Carnaval fue también para el turista, nacional y extranjero. El primero prevaleció. Se los vio por el centro: en el parque Calderón se hacían fotos frente al monumento al Héroe Niño, ante los caballos de madera o el perro sanbernardo que tienen los fotógrafos del lugar.

De la región costanera, especialmente, pero también de la provincia de Loja, llegaron por Cuenca, como destino o de paso. El mirador de Turi fue uno de sus atractivos.

También iban a la plaza de San Francisco a fotografiarse con el letrero de “Cuenca”, con la catedral como fondo y algunos visitaron museos que como la Catedral Vieja o el municipal Remigio Crespo que estuvieron abiertos…

En gran número fueron los que salieron a los cantones orientales. Una larga columna de conductores se vio a partir del puente de la entrada a Jadán, con dirección a El Descanso, en la carretera Panamericana Norte.

Agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) se organizaron para dirigir el tráfico: enviar a los que venían desde Cuenca, salían de la autopista o iban desde la ciudad. “El flujo vehicular fue con más fuerza desde las 11:00 horas”, dijo Joffre Bermeo, cabo segundo de la CTE.

Otro clase de la CTE, con un saquillo, recogía arena del talud junto a la carretera y con eso rellenaba baches. “Nuestra misión es colaborar y orientar a los conductores, no solo sancionar”, señaló el cabo.

Pero hubo poco movimiento comercial, el mercado Doce de Abril atendió, pero el Diez de Agosto estuvo cerrado y concurrieron pocos comerciantes que atendieron en la calle. Mientras, centros comerciales como Supermaxi o Coral Centro sí abrieron. Los buses fueron escasos y, aparte de los de la línea 100, los demás no trabajaron, el público que necesitó movilizarse lo hizo en taxis.

Este Lunes de Carnaval tuvo cierto ambiente de fin de semana, con menos tráfico y publico que lo usual y con familias que se tomaron las orillas de los ríos para acampar con carpas, hacer fogatas o jugar con sus piscinas, ya junto al puente de la avenida de las Américas sobre el río Tomebamba o por la zona de Ochoa León.

Fuera de la ciudad, en parroquias como Checa, se trabajaba en la limpieza de los espacios públicos después de los festejos de los primeros días de carnaval y de las danzas, carros alegóricos y show de la noche del domingo en la plaza, donde los Rumba Kings animaron al público y la orquesta Falconí Junior hizo lo mismo la noche del lunes, contó Raúl Pizarro, quien saludó a los moradores.

La fiesta del carnaval termina hoy; mañana, para el público católico será Miércoles de Ceniza, y para la celebración religiosa, en la misma Checa, colaboradoras de la parroquia alistaban todo para la primera misa de la cuaresma. (AVB)-(I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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