El funcionamiento de la economía globalizada se está viendo amenazado por la epidemia de coronavirus, que está provocando medidas de contención que dañan la actividad productiva.
La situación se refleja cada día en las bolsas. Hoy las turbulencias han sido menores que en las jornadas en que el virus empezó a expandirse fuera de China, pero Asia ha seguido en pérdidas: Tokio ha bajado un 0,79 %; Hong Kong, un 0,73 %; Shanghai, un 0,78 %, y Seúl, un 1,28 %.
En China las cuarentenas impuestas para evitar el contagio y la reacción espontánea de la población en general, que renuncia a viajes o salidas, tienen el doble efecto de reducir el consumo interno y de alterar la cadena global de producción.
La agencia de calificación Moody’s ha comunicado hoy, por ejemplo, que prevé que las ventas mundiales de coches caigan este año un 2,5% por el coronavirus, en gran parte debido a un descenso del 2,9 % en el gigante asiático. En su informe anterior se preveía una bajada del 0,9% de las ventas a nivel global y un crecimiento del 1% en China.
Además de cómo puede afectar el repliegue de un mercado de la importancia del gigante asiático, el coronavirus afecta a la economía global por el peso del sector manufacturero chino.
«Lo que más puede afectar a la economía es que las personas no pueden trabajar», ha dicho a la emisora económica francesa BFM la economista jefe de la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Laurence Boone, en referencia a los cierres de fábricas en China por las cuarentenas.
El sector textil es el más dependiente de los suministros de China, ya que el 3,47 % de los materiales y componentes intermedios que necesita para elaborar sus productos proceden de ese país, lo que explica que la crisis del coronavirus haya forzado a algunas firmas a asumir retrasos en su producción.
Los siguientes sectores más expuestos son, según un informe de Standard & Poors, la computación y electrónica, el equipamiento eléctrico y los automóviles.
Esta circunstancia ha llevado a algunos a replantearse la globalización tal y como la conocemos. Así el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ha abogado por la repatriación de algunas actividades para que algunas cadenas de producción sean más independientes.
Pero otros advierten contra la tentación de un repliegue ahora que la cooperación internacional es fundamental para combatir el virus.
El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, ha dicho hoy que China va a ampliar su cooperación con otros países.
China tienen un interés evidente en evitar quedar aislada, pero su llamamiento coincide con los de organismos internacionales.
El jefe de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China, Bruce Aylward, advirtió el lunes de que «China es el país con más experiencia del mundo contra esta enfermedad (…). Si los países ponen barreras ante China, solamente van a poner en riesgo la capacidad de todos de solucionar esto».
En un editorial, el New York Times advertía el martes de que la cadena de distribución para medicamentos y otros productos como jeringuillas deben permanecer abiertos.
En la entrevista con BFM Laurence Bloom subrayó el papel fundamental que tiene la confianza en materia económica y financiera y abogó por la mayor transparencia posible por parte de los países que se ven o se verán afectados por el virus.
La pérdida de confianza está dañando ya particularmente al sector del turismo.
Las organizaciones mundiales de Turismo (OMT) y de la Salud (OMS) han pedido este miércoles que la respuesta del sector al brote de coronavirus sea «medida, coherente y proporcionada» a la amenaza que supone para la salud pública.
Ambas organizaciones han explicado en un comunicado conjunto que la respuesta del sector debe basarse en una evaluación del riesgo local, en sintonía con las orientaciones y recomendaciones generales de la OMS.
Mientras, la aerolínea holandesa KLM ha anunciado este miércoles un paquete de medidas «drásticas» para la reducción de gastos, que obligan a detener proyectos y ajustar horarios del personal de vuelo, debido a los efectos de la crisis del coronavirus en su actividad comercial.
Una decisión parecida ha tomado Lufthansa, que ha cancelado sus vuelos a China hasta finales de marzo por el coronavirus y que va a interrumpir las nuevas contrataciones de personal por este motivo.
En Europa, el temor a una nueva crisis debido al coronavirus ha reabierto el debate en torno a la necesidad de abrir la mano con el gasto público.
La Unión Europea (UE) será flexible a la hora de evaluar los déficits de los países afectados por el coronavirus, dijo hoy el vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis.
En cuanto al daño que está causando o puede causar el virus, el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, reconoció que «los recientes acontecimientos apuntan a una materialización parcial de este riesgo a la baja, así que tendremos un impacto».
Pero, añadió, una previsión seria de la dimensión que tendrá «todavía no es posible». EFE